El ocho es mi número favorito, aunque si me preguntáis el porqué, no sabría argumentar atendiendo a razones lógicas y objetivas una respuesta meridianamente clara. Quizá sea por tradición familiar, y más concretamente porque también es el número favorito de mi padre, conclusión a la que llegué tras verle insistir una y otra vez a todo tipo de loteros y vendedores de la O.N.C.E. que dentro de lo posible, le dieran una terminación en ocho. Le pregunté, y efectivamente, el ocho es su "número de números". Vacuo argumento pensaréis, pero este tipo de cosas, tan insignificantes a bote pronto, son las que forjan gustos, manías, vicios, personalidades y no sabría enumerar cuántas cosas más. También puede tener algo que ver el hecho de que gráficamente, es el número más proporcionado, más "bonito" a mi parecer, aunque bien es cierto que sobre gustos no hay nada escrito y no podría haber dado un argumento más subjetivo que ese.
Pero es que tampoco es plan de enumerar características de dicho número -que desde que lo elegí mi favorito hace ya unos cuantos lustros, he ido si no estudiando, sí leyendo con atención- que podrían aburrir al más despierto, aunque ya puestos en faena expondré un par de ellas, las más curiosas para que veáis el juego que puede dar un número:
- El 8 se representa con las 2 serpientes entrelazadas del caduceo, símbolo del equilibrio entre fuerzas antagónicas. También representa el eterno movimiento cósmico base de regeneración y de infinito. Es verticalidad formal del infinito.
- En la mística cosmogónica de la Edad Media el 8 correspondía al cielo de las estrellas fijas (Firmamento) y simbolizaba el perfeccionamiento de los influjos planetarios.
¿Puede haber alguna definición más bonita, en términos generales, que la de "verticalidad formal del infinito"?, pues eso es el ocho.
En definitiva, que me hace especial ilusión que esta temporada que comienza hoy, 4 de octubre de 2014, festividad de San Francisco de Asís -aprovecho para felicitar a todos los Franciscos que celebren hoy su santo y en particular, a mi padre- esté representada por el cardinal ocho.
La temporada pasada digamos que no fue extensa en artículos, motivos laborales me impedían escribir todo lo que me hubiese gustado, y aunque laboralmente hablando esta temporada se presenta igual o con más carga de trabajo que la anterior, intentaré sacar tiempo, si es necesario robándoselo al sueño, para dedicarle algún que otro momento a alimentar esta modesta tribuna, batiburrillo de artículos de la más diversa temática y que año a año, no solo va afianzando su "clientela" (léase usuarios únicos) si no que aumenta poco a poco, paso a paso, motivo que me obliga a prestarle la atención que el hecho se merece.
Temas para poner negro sobre blanco no faltan:
Desde mesiánicos iluminados con delirios de grandeza que por la Gracia de Dios y llegados del noreste de España, se han erigido en conductores de voluntades populares hacia lo que en sus propias palabras llama "proceso soberanista catalán", cual Moisés conduciendo al "pueblo elegido" a la Tierra Prometida.
Pasando por otros "muy honorables" chorizos, que no de Cantimpalo, y toda su prole que a manos llenas se han llenado los bolsillos a costa del ignorante contribuyente y que con enunciar las tres palabras mágicas "España nos roba", tenían salvoconducto para hacer y deshacer (como han hecho) lo que les ha salido de los mismísimos cojones durante legislaturas y legislaturas.
Y llegando a ciertos fenómenos políticos con tintes de terremoto asambleario -que está poniendo nerviosos a más de uno y a más de dos, de esos que hasta ahora se las prometían muy felices viviendo en la poltrona- ¿"Podrán"?.
Y eso solo por enumerar tres que están hoy en día en el candelero, pero hay más, muchos más y que dentro de lo posible, daré cuenta de ellos, aparte de las secciones habituales del blog: libros, publicación de artículos de interés de otros autores, efemérides, celebraciones, alguna que otra sorpresa y un largo etcétera.
Visitantes, lectores, seguidores, amigos, enemigos: "Paz y bien" (gritaba jovialmente San Francisco por las calles de Asís, el saludo hizo fortuna, y a día de hoy todavía se sigue usando. Y por aquéllo de ser 4 de octubre, he tenido bien usarla yo aquí).
A por la octava. ¡Comenzamos!
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