Hace pocos días que hemos dejado atrás la conmemoración de la pasión,muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y hoy puede ser un buen día para comentar y criticar el libro de Xavier Musquera "El triunfo del paganismo", sugerente título y cuyo subtítulo es un no menos sugerente: "Claves ocultas del cristianismo".
Ríos, qué digo ríos, mares de tinta se han escrito sobre Jesús, sus apóstoles,la Palestina del siglo I donde se desarrolló su actividad predicadora y mesiánica, el nacimiento de la primigenia Iglesia cristiana,San Pedro,San Pablo y una interminable lista de personajes, acontecimientos y lugares que como indicaba unas líneas más arriba han llenado millones y millones de documentos, legajos, libros y guiones de documentales y cine.
Muchos de esos documentos, libros y publicaciones podríamos considerarlos "ortodoxos", es decir, que siguen la línea "oficial" marcada por el cristianismo en general y por las distintas corrientes del mismo en particular, católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, etc. Pero sin embargo, otros muchos textos y ensayos podríamos decir que son de contenido "heterodoxo". Libros que ponen en duda la "historia oficial" del cristianismo, que ponen en duda lo que en los evangelios quedó reflejado y que a lo largo de la historia del cristianismo, dichos estudios y textos, han sido silenciados, secuestrados y condenados al ostracismo para mayor gloria de las distintas religiones e iglesias. Pues a nuestro libro de hoy, "El triunfo del paganismo", podríamos catalogarlo dentro de esto último, tal y como podemos leer en las primeras líneas de la contraportada:
"Blasfemo, ateo,anticlerical y un sinfín de calificativos más podrían ser aplicados al presente trabajo. Pero en realidad, es simple y llanamente una invitación a la reflexión.
Todo aquello que ha venido repitiéndose durante siglos y que se nos ha presentado como único, original y verdadero, parece serlo mucho menos. Jesús no fundó religión alguna [...]"
Suculento inicio de la contraportada, ¿verdad?, y no menos suculento es el contenido del libro, aunque sí es cierto que en él no se desvela nada que no haya sido ya escrito por hordas de autores anteriormente. No por manido el tema, deja de ser interesante, y de vez en cuando gusta tener entre las manos un ensayo que como se indicaba anteriormente, invite a la reflexión, aunque sí se echa de menos algún dato nuevo, algún aporte distinto. Aunque bien es cierto que el autor del libro, Xavier Musquera, es un divulgador, no un investigador, por tanto, no le podemos pedir a sus obras la categoría académica que tienen otros libros como por ejemplo los del profesor Piñero.
Si atendemos a los distintos capítulos que nos vamos a encontrar según vamos avanzando en la lectura, se puede comprobar lo que he dicho, que es lo de siempre, lo tan traído y llevado, máxime desde el boom editorial sobre misterios de las religiones, sobre todo la cristiana y más concretamente católica, que siguió a la publicación de la novela más exitosa de Dan Brown, El Código Da Vinci. Juzgar vosotros mismos si es o no cierto lo que comento a la vista del título de algunos capítulos: Pagano y paganismo, influencias de Mesopotamia y Egipto, festividades paganas cristianizadas, el sol invictus, la diosa madre...
¿Os suena verdad?, por eso decía que la obra quizás tenga más intención de vender aprovechando la oleada de interés generalizado por estos temas que siguió a la publicación del best-seller de Brown, que la intención de ahondar en el cristianismo primitivo, como sí haría un académico.
Pero como lo cortés no quita lo valiente, tengo que decir que es un libro que para los neófitos en el tema puede resultar instructivo, además, que su lectura es amena y fluida. Y para los que ya tengan algún conocimiento sobre todo lo que trata la obra, servirá para recordar algún dato, afianzar algún conocimiento y seguir reflexionando sobre todo aquéllo que nos han contado como cierto, con dogmas de fe incluidos, y que sin embargo, resulta no ser tan verdadero como indican las irrefutables pruebas que a lo largo de la Historia, sí, con mayúsculas, han ido apareciendo.
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sábado, 26 de abril de 2014
miércoles, 23 de abril de 2014
domingo, 20 de abril de 2014
Semana Santa por Madrid
Este año, debido a un obligado viaje que tengo que realizar a mi pueblo el próximo puente de mayo, he decidido pasar estos días de Semana Santa en Madrid, y aprovechando la coyuntura, asistir y participar de algunos de los actos y procesiones que en la capital se programan para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
Solo un año asistí a una procesión en Madrid, la de Jesús Nazareno de Medinaceli, hace a día de hoy nuevo años ya. Siempre, o bien he ido a disfrutar de estos días al pueblo, o bien me había tocado trabajar, de ahí, que con treinta y un años viviendo en Madrid, nunca haya aprovechado para vivir la pasión y muerte de Jesús por estos lares. Así que ya tocaba, sí.
El Jueves Santo fuimos mi mujer y yo a Morata de Tajuña, localidad madrileña situada a unos treinta y cinco kilómetros de la capital. Allí, desde hace ya veintiocho, se lleva a cabo todos los años, una representación viviente de la Pasión de Cristo, donde "Morata" se retrotrae en el tiempo y se convierte en la Palestina del siglo I, y gran parte de los vecinos del pueblo visten sus "mejores galas" (de época) para acercarnos a visitantes y vecinos lo que en las Sagradas Escrituras quedó plasmado sobre la muerte de Jesús. La Pasión de Jesús de Morata de Tajuña, es la única en el mundo que tiene concedida la Bendición Apostólica para todos los que acuden a contemplarla y para los más de trescientos intervinientes en la representación, y también, la Comunidad de Madrid, premió en el año 2001 a la localidad con la Declaración de Interés Turístico. Era obligada la asistencia atendiendo al "currículo" que presenta.
La representación dio comienzo puntualmente a las 20:00 horas con la parada militar de la Centuria Romana, donde estandartes y banderas, así como legionarios romanos a caballo, seguidos del Centurión, abrían la misma. Les seguían un nutrido grupo de legionarios en perfecto orden y que siguiendo el paso que marcaba el redoble de tambores, nos hicieron disfrutar de la primera escena de La Pasión.
Toda la representación consta de diez estaciones, en sendos escenarios, repartidos a lo largo y ancho del municipio, a través de los cuales, el espectador se sumerge en lo relatado en los evangelios y va viviendo en primera persona todo aquéllo sobre lo que los mismos nos hablan: el sermón de la montaña, el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, la resurrección de Lázaro, la entrada de Jesús en Jerusalén, la sanación del ciego, la traición de Judas, la Última Cena, la oración del Huerto, el juicio de Caifás, las tres negaciones de Pedro, el juicio de Pilatos, el ahorcamiento de Judas, la crucifixión, la muerte y por último, la resurrección.
Ante nosotros aparecerán durante las diez estaciones: Jesús y sus discípulos, la Virgen María, María Magdalena, así como sus hermanos Marta y Lázaro, Caifás, Poncio Pilatos, Marco, José de Arimatea, Dimas y Gestas (crucificados junto a Cristo), Longinos, Salomé, así como cientos de vecinos que metidos en el papel de judíos unos y romanos otros nos harán disfrutar de la magnífica escenificación.
La Pasión finaliza con Jesúcristo resucitado alrededor de la medianoche, tras cuatro intensas horas. El momento más espectacular, es cuando Jesús es alzado a los cielos una vez resucitado, con una Cruz en su mano izquierda y en su derecha una paloma blanca, inmaculada, que deja volar. Miles de personas rompen en aplausos, durante minutos, agradeciendo al pueblo de Morata su excelente trabajo, mientras una batería de fuegos artificiales da por concluida hasta el año que viene la representación.
Simplemente espectacular y recomendable al ciento por ciento. Dar mi más sincera enhorabuena y gratitud al pueblo de Morata de Tajuña y si queréis más información y fotos podéis visitar la página web de La Pasión: http://www.pasionmorata.com o bien su perfil de Facebook.
El Jueves Santo por la noche, en la "Madrugá", conecté con la emisión en directo de Canal Sur a través de Internet para ver la salida, a las tres de la madrugada, de "El Abuelo" de Jaén, acompañado de "La Verónica" y sus más de cuatro mil quinientos Nazarenos, que de riguroso luto, acompañan la figura de Nuestro Padre Jesús por las calles de la capital del Santo Reino. Como buen jiennense, siempre me gusta ver la salida de El Abuelo de su templo y los primeros minutos de la estación de penitencia (los que permite la emisión de Canal Sur...).
Llegó el Viernes Santo por la tarde, y tras ver por la 2 de Televisión Española la retransmisión en directo de los Santos Oficios desde la Catedral de La Almudena, presidida por el Cardenal Rouco Varela, nos dirigimos hacia El Pardo -antiguamente municipio de Madrid y que hoy, forma parte del distrito de Fuencarral - El Pardo- para asistir a sus procesiones.
A las 19:00 horas, con puntualidad militar, sonaban los acordes del Himno de España, interpretados por la Banda de Música de la Guardia Real, a las puertas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, regentado por la orden de los Hermanos Capuchinos, para homenajear la salida del Santísimo Cristo de El Pardo, obra del siglo XVII, tallada en madera policromada por el escultor Gregorio Fernández, por encargo del rey Felipe III y donada por éste al Convento. Así daba comienzo la procesión de "El Santísimo", escoltado en todo momento por la compañía de Gastadores de la Guardia Real.
Hermanos Capuchinos, oficiales, suboficiales y tropa de la Guardia Real, representantes religiosos, hermanos cofrades y devotos, acompañamos por el Camino de Cristo del Pardo a la magna figura hasta la Parroquia de la Inmaculada Concepción, sita en pleno centro de El Pardo, donde se encuentra con Jesús el Nazareno, y la Virgen Dolorosa, Virgen escoltada por el Regimiento de Transmisiones de Madrid, de El Pardo, y que como cada año, sale al encuentro del Santísimo Cristo el Viernes Santo acompañada de la banda de cornetas y tambores del Acuartelamiento Zarco del Valle, ("casa" del Regimiento de Transmisiones).
Una vez se encuentran las tres figuras comienza la procesión por las calles de El Pardo, en una estación de penitencia cargada de simbolismo militar y religioso (como no podía ser de otra manera tratándose de El Pardo) y con momentos más que emotivos, como el que tuvo lugar cuando colocaron a la Virgen Dolorosa frente al balcón del Convento de las RR. MM. Concepcionistas Franciscanas, y tres monjas, de las que tanto han hecho por la educación de los niños de El Pardo, oraban frente a ella.
Momento de especial emotividad también, el que tuvo lugar ante la entrada principal del Acuartelamiento Zarco del Valle -con el Cuerpo de Guardia de dicho cuartel al completo y la Bandera de España a media asta-, cuando una vecina de El Pardo comenzó a cantar una saeta para cada una de las figuras.
Finalizando la procesión, la Virgen Dolorosa se quedó a las puertas de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, mismo lugar donde se encontró con el Santísimo Cristo, el Nazareno se recogió en la puerta principal del Cuartel de El Rey de la Guardia Real, y finalmente acompañamos al Santísimo Cristo de El Pardo hasta su recogida en el Museo de la Guardia Real, ubicado también en el Cuartel del Rey. La Banda de Música de la Guardia Real, en perfecta formación militar, interpretaba el Himno de España mientras el Cristo de El Pardo era recogido, con la emoción contenida y el aplauso unánime de todos los presentes.
Ésta ha sido mi Semana Santa en Madrid. Espero no haberos aburrido con el relato de la misma.
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Solo un año asistí a una procesión en Madrid, la de Jesús Nazareno de Medinaceli, hace a día de hoy nuevo años ya. Siempre, o bien he ido a disfrutar de estos días al pueblo, o bien me había tocado trabajar, de ahí, que con treinta y un años viviendo en Madrid, nunca haya aprovechado para vivir la pasión y muerte de Jesús por estos lares. Así que ya tocaba, sí.
El Jueves Santo fuimos mi mujer y yo a Morata de Tajuña, localidad madrileña situada a unos treinta y cinco kilómetros de la capital. Allí, desde hace ya veintiocho, se lleva a cabo todos los años, una representación viviente de la Pasión de Cristo, donde "Morata" se retrotrae en el tiempo y se convierte en la Palestina del siglo I, y gran parte de los vecinos del pueblo visten sus "mejores galas" (de época) para acercarnos a visitantes y vecinos lo que en las Sagradas Escrituras quedó plasmado sobre la muerte de Jesús. La Pasión de Jesús de Morata de Tajuña, es la única en el mundo que tiene concedida la Bendición Apostólica para todos los que acuden a contemplarla y para los más de trescientos intervinientes en la representación, y también, la Comunidad de Madrid, premió en el año 2001 a la localidad con la Declaración de Interés Turístico. Era obligada la asistencia atendiendo al "currículo" que presenta.
La representación dio comienzo puntualmente a las 20:00 horas con la parada militar de la Centuria Romana, donde estandartes y banderas, así como legionarios romanos a caballo, seguidos del Centurión, abrían la misma. Les seguían un nutrido grupo de legionarios en perfecto orden y que siguiendo el paso que marcaba el redoble de tambores, nos hicieron disfrutar de la primera escena de La Pasión.
Toda la representación consta de diez estaciones, en sendos escenarios, repartidos a lo largo y ancho del municipio, a través de los cuales, el espectador se sumerge en lo relatado en los evangelios y va viviendo en primera persona todo aquéllo sobre lo que los mismos nos hablan: el sermón de la montaña, el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, la resurrección de Lázaro, la entrada de Jesús en Jerusalén, la sanación del ciego, la traición de Judas, la Última Cena, la oración del Huerto, el juicio de Caifás, las tres negaciones de Pedro, el juicio de Pilatos, el ahorcamiento de Judas, la crucifixión, la muerte y por último, la resurrección.
Ante nosotros aparecerán durante las diez estaciones: Jesús y sus discípulos, la Virgen María, María Magdalena, así como sus hermanos Marta y Lázaro, Caifás, Poncio Pilatos, Marco, José de Arimatea, Dimas y Gestas (crucificados junto a Cristo), Longinos, Salomé, así como cientos de vecinos que metidos en el papel de judíos unos y romanos otros nos harán disfrutar de la magnífica escenificación.
La Pasión finaliza con Jesúcristo resucitado alrededor de la medianoche, tras cuatro intensas horas. El momento más espectacular, es cuando Jesús es alzado a los cielos una vez resucitado, con una Cruz en su mano izquierda y en su derecha una paloma blanca, inmaculada, que deja volar. Miles de personas rompen en aplausos, durante minutos, agradeciendo al pueblo de Morata su excelente trabajo, mientras una batería de fuegos artificiales da por concluida hasta el año que viene la representación.
Simplemente espectacular y recomendable al ciento por ciento. Dar mi más sincera enhorabuena y gratitud al pueblo de Morata de Tajuña y si queréis más información y fotos podéis visitar la página web de La Pasión: http://www.pasionmorata.com o bien su perfil de Facebook.
El Jueves Santo por la noche, en la "Madrugá", conecté con la emisión en directo de Canal Sur a través de Internet para ver la salida, a las tres de la madrugada, de "El Abuelo" de Jaén, acompañado de "La Verónica" y sus más de cuatro mil quinientos Nazarenos, que de riguroso luto, acompañan la figura de Nuestro Padre Jesús por las calles de la capital del Santo Reino. Como buen jiennense, siempre me gusta ver la salida de El Abuelo de su templo y los primeros minutos de la estación de penitencia (los que permite la emisión de Canal Sur...).
Llegó el Viernes Santo por la tarde, y tras ver por la 2 de Televisión Española la retransmisión en directo de los Santos Oficios desde la Catedral de La Almudena, presidida por el Cardenal Rouco Varela, nos dirigimos hacia El Pardo -antiguamente municipio de Madrid y que hoy, forma parte del distrito de Fuencarral - El Pardo- para asistir a sus procesiones.
A las 19:00 horas, con puntualidad militar, sonaban los acordes del Himno de España, interpretados por la Banda de Música de la Guardia Real, a las puertas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, regentado por la orden de los Hermanos Capuchinos, para homenajear la salida del Santísimo Cristo de El Pardo, obra del siglo XVII, tallada en madera policromada por el escultor Gregorio Fernández, por encargo del rey Felipe III y donada por éste al Convento. Así daba comienzo la procesión de "El Santísimo", escoltado en todo momento por la compañía de Gastadores de la Guardia Real.
Hermanos Capuchinos, oficiales, suboficiales y tropa de la Guardia Real, representantes religiosos, hermanos cofrades y devotos, acompañamos por el Camino de Cristo del Pardo a la magna figura hasta la Parroquia de la Inmaculada Concepción, sita en pleno centro de El Pardo, donde se encuentra con Jesús el Nazareno, y la Virgen Dolorosa, Virgen escoltada por el Regimiento de Transmisiones de Madrid, de El Pardo, y que como cada año, sale al encuentro del Santísimo Cristo el Viernes Santo acompañada de la banda de cornetas y tambores del Acuartelamiento Zarco del Valle, ("casa" del Regimiento de Transmisiones).
Una vez se encuentran las tres figuras comienza la procesión por las calles de El Pardo, en una estación de penitencia cargada de simbolismo militar y religioso (como no podía ser de otra manera tratándose de El Pardo) y con momentos más que emotivos, como el que tuvo lugar cuando colocaron a la Virgen Dolorosa frente al balcón del Convento de las RR. MM. Concepcionistas Franciscanas, y tres monjas, de las que tanto han hecho por la educación de los niños de El Pardo, oraban frente a ella.
Momento de especial emotividad también, el que tuvo lugar ante la entrada principal del Acuartelamiento Zarco del Valle -con el Cuerpo de Guardia de dicho cuartel al completo y la Bandera de España a media asta-, cuando una vecina de El Pardo comenzó a cantar una saeta para cada una de las figuras.
Finalizando la procesión, la Virgen Dolorosa se quedó a las puertas de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, mismo lugar donde se encontró con el Santísimo Cristo, el Nazareno se recogió en la puerta principal del Cuartel de El Rey de la Guardia Real, y finalmente acompañamos al Santísimo Cristo de El Pardo hasta su recogida en el Museo de la Guardia Real, ubicado también en el Cuartel del Rey. La Banda de Música de la Guardia Real, en perfecta formación militar, interpretaba el Himno de España mientras el Cristo de El Pardo era recogido, con la emoción contenida y el aplauso unánime de todos los presentes.
Ésta ha sido mi Semana Santa en Madrid. Espero no haberos aburrido con el relato de la misma.
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