Hoy escribo sobre otro libro de la colección "El mundo es matemático", que hace unos años invadió todos los kioskos de prensa de España, y que yo, como buen aficionado a los números compré quincena a quincena cada uno de los libros que conforman la misma.
Jordi Deulofeu, profesor de matemáticas en la Universidad Autónoma de Barcelona, nos acerca en "Prisioneros con dilemas y estrategias dominantes" al apasionante mundo de la teoría de juegos, de hecho, el subtítulo del libro no es otro que ese.
De manera indirecta, todos, absolutamente todos, tenemos alguna relación con el tema central del libro, unos más, otros menos, pero, ¿quién no ha echado mano alguna vez de una estrategia para la resolución de un problema?, ¿quién no se ha acercado en alguna ocasión a una administración de lotería y ha echado la Primitiva, el Gordo o Euromillones?, ¿quién hojeando u ojeando un periódico, y no necesariamente salmón, no se ha encontrado con los índices de las principales bolsas de valores del mundo?, y así podría seguir "ad infinitum". En todos los casos anteriores, de uno u otro modo, aparece la teoría de juegos.
Yo había leído algo sobre teoría de juegos y me había interesado por ella antes de leer este libro, sobre todo por sus aplicaciones prácticas, pero no tengo el conocimiento suficiente para considerarme ni tan siquiera un principiante en la misma, ya que en la Universidad -Ingeniería Informática- nos machacaron con análisis matemático, álgebra, matemática discreta, lógica, estadística y mucha, muchísima algoritmia, pero en ningún momento vimos en profundidad la teoría de juegos -más allá de alguna referencia a la misma-. De ahí quizá que éste haya sido uno de los libros que más interés y atención ha suscitado en mí de los que llevo leídos de la colección debido a lo novedoso de prácticamente todo lo que leía.
Como parte de una colección enfocada al gran público, en el libro no se profundiza en conceptos matemáticos complejos, ni aparecen grandes desarrollos de teoremas, así como tampoco nos asaltarán complicadas fórmulas de imposible entendimiento, esa es la virtud de este libro en particular y de toda la colección en general.
Tras una pequeña introducción que nos acerca a la relación entre matemáticas y juego en el capítulo uno, en el siguiente capítulo se nos plantean de una manera absolutamente didáctica una serie de problemas y "juegos" que nos irán introduciendo en materia; juegos interesantes donde los haya, que pondrán a prueba nuestra habilidad y ver por nosotros mismos si hemos entendido bien los primeros conceptos que van apareciendo. El tercer capítulo -"Azar y juego"- es el que más interesante me ha resultado debido a mi afición (matemática y estadísticamente hablando, no soy ningún ludópata) a los juegos de azar. Más que recomendable para el lector interesado estos menesteres de la probabilidad que lea con atención las subsecciones de este capítulo tituladas "El estudio matemático de las probabilidades" y "Números de lotería y otras falsas intuiciones sobre el azar", harto interesantes (más allá de la estadística y probabilidad, ejes fundamentales) para todos los que intentamos -y nunca conseguiremos- modelizar el azar.
El capítulo siguiente se puede considerar la parte "ladrillo" del libro, un capítulo netamente teórico que ya su propio título echa para atrás, pero como decía unas líneas más arriba, nada que no se pueda entender tratándose de una obra de este tipo; "La teoría matemática de juegos" se titula, y como no podía ser de otra manera, se nos ilustra con ejemplos que podemos seguir sin ningún tipo de problema.
Cierra el libro el capítulo más "práctico" y divertido: "La vida es juego: aplicaciones de la teoría en el mundo real". Aquí aparece el juego que da título al libro -Prisioneros con dilemas-, nos enrocaremos junto a nuestro prisionero del ejemplo en una fascinante aventura... que no desvelaré.
Un libro que como el resto de la colección hará las delicias de todo aquél que sienta la más mínima atracción por las matemáticas, sin que sea necesario tener una formación superior en las mismas para entender, aunque sea dedicándole un poco más de tiempo, lo que de forma amena se nos cuenta.
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