Acabo de leer en la edición digital de El Economista (noticia de última hora a las 22:24) que ha sido encontrado sin vida el cuerpo de la bebé que fue secuestrada hace unos días en Almería. Hace unas horas viendo las noticias por televisión me enteraba de la detención del presunto secuestrador de la cría por la Guardia Civil y le comentaba a mi mujer que antes de que acabara el día tendríamos el desenlace de toda esta historia. Y así ha sido.
Estaba plenamente convencido de que esta investigación en manos de la Benemérita no llevaría más que unas horas y los hechos me han dado la razón. ¿A qué viene todo esto?, pensaréis algunos. Pues os cuento.
No dispongo ahora mismo de los datos estadísticos del número de casos resueltos al año por la Guardia Civil y por el Cuerpo Nacional de Policía (supongo que estarán a disposición del público en algún sitio), pero desde hace un tiempo, en concreto desde la desaparición de Marta del Castillo me pregunto porqué le cuesta tanto a la Policía Nacional resolver casos que aparentemente son sencillos una vez que se detiene al autor material de los hechos. Pues nada, en el caso de Marta, tras años desaparecida y tanto el autor como sus cómplices "requeteinterrogados", incluso juzgados y condenados, todavía ni dios sabe dónde se encuentra el cuerpo de la adolescente sevillana. ¿Tan difícil es obtener esa confesión de los secuestradores y/o asesinos?, está claro que para la Policía Nacional sí entraña soberana dificultad...
Otro caso de reciente actualidad y ardua resolución, cuya investigación ha sido y sigue siendo llevada a cabo por parte del Cuerpo Nacional de Policía, el caso de los hermanos de Córdoba, Ruth y José. Madre mía los meses que se ha estado buscando a esos niños, antes, durante y después incluso de detener al presunto autor del crimen, José Bretón, padre de los hermanos. Vuelvo a repetir la misma pregunta que hacía en el párrafo anterior, ¿tanto le cuesta a la Policía Nacional conseguir que se confiese el cómo, dónde, cuándo y cómo se cometió el delito?.
Sin embargo, la Guardia Civil, cuerpo militar creado allá en el siglo XIX por el Duque de Ahumada, detiene a un individuo esta misma tarde y antes de la medianoche se está recuperando el cuerpo de la niña secuestrada y lamentablemente asesinada. Olé sus cojones y mi más sincera enhorabuena para todos los miembros de la Guardia Civil, ya que casos como éste deben ser motivo de orgullo para todos ellos. A la Guardia Civil se le ha echado mierda por tierra, mar y aire, ya que está en entredicho lo que ocurre en los "cuartelillos" de puertas para adentro cuando se le está tomando declaración a algún detenido. No me importa lo más mínimo lo que ocurra o deje de ocurrir en los "cuartelillos" o comandancias de la Guardia Civil en casos como los que he comentado, de vil asesinato, mientras tengamos resultados efectivos y palpables en el poco tiempo que los consigue la Benemérita, ya que así todos los ciudadanos estaremos más seguros y conscientes de que nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado hacen su trabajo de manera efectiva, que es lo mínimo que se les debe pedir.
Así que si a la Policía Nacional se le atraganta algún caso (y hay unos cuantos...), abogo porque dejen en manos de sus compañeros de la Guardia Civil (olvidándose de competencias y mierdas varias) la investigación, para poder obtener una resolución rápida del mismo.
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jueves, 27 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
¿Abraham? ¿Sansón? ¿Dalila?
Como muchos de vosotros ya sabréis, soy asiduo lector de la columna que semanalmente publica Arturo Pérez-Reverte en la revista XL Semanal. Durante mi etapa laboral en el Grupo Vocento la leía negro sobre blanco en papel satinado ya que dicha revista, junto a otras editadas por Vocento abundaban por doquier por el departamento o pasillo que pasaras, pero ahora que he cambiado a los redactores españoles por ingenieros alemanes, laboralmente hablando se entiende, la columna de Pérez-Reverte la leo vía RSS, negro sobre blanco también, pero ya no en papel satinado, si no en una matriz de píxeles.
El domingo pasado, 17 de diciembre de 2012, se publicaba el artículo que hoy transcribo aquí. Trata sobre la Religión en la escuela y estoy completamente alineado con lo escrito en dicho artículo, no por haber sido formado y educado en un colegio Católico durante 12 años de mi vida, que también, si no porque el argumento principal de la columna, entendiéndolo de manera cultural y social, "es de cajón". Creo que poco se puede discutir al respecto, así que no pierdo más el tiempo y os dejo con la "Patente de Corso" de esta semana de Arturo Pérez-Reverte.
Imagino que a estas alturas de la página y sus titulares algún simple habrá pensado: vaya carca, el amigo Reverte, pidiendo el catecismo para los niños. Pero no estoy hablando de eso. Cuando lamento que los padres elijan para sus niños Alternativa en lugar de Religión, no añoro doctrina cristiana ni encaje de bolillos teológico. A mi juicio, la asignatura de Religión debería ser un espacio donde a un niño se le dotara de los mecanismos culturales adecuados para comprender el peso y papel de las religiones en el mundo: Islam, budismo, etcétera. Lo que se trajina. Lo que hay. Y también, naturalmente, el Cristianismo y el peso indudable que la Iglesia Católica, para bien y para mal, ha tenido en veinte siglos de civilización y cultura europea. En las bases de lo que algunos aún llamamos Occidente. Lo mismo que la cultura clásica, el Renacimiento o la Ilustración: somos Homero, Platón y la Enciclopedia tanto como los Evangelios y la Biblia. A ver de qué manera van a poder interpretar las claves de esa cultura europea, disfrutarla y aprovecharla, chicos a los que se limita la posibilidad de conocer sus raíces elementales. Su sedimento de siglos. Por poner un ejemplo fácil: de qué le sirve a un joven visitar el museo del Prado si desconoce los mitos y personajes que figuran en la mayor parte de los cuadros.
Hagan una prueba. Yo la hice, y todavía me tiemblan las manos. Pregunten a una docena de chicos de quince años, formados en esa ESO nefasta que nos legaron los infames Maravall y Solana, con la complicidad posterior de tanto idiota y/o cobarde responsable de Educación -que cada uno se adjudique el adjetivo adecuado- y el remate de los analfabetos que legislan desde Bruselas, cómo se tomaba la vida Job, qué lamentaba Jeremías, qué es multiplicar panes y peces o qué efecto produjeron las trompetas de Jericó. Aunque tampoco crean ustedes que lo de Religión es para tirar cohetes. Que eso garantiza nada. En este mundo descafeinado y edulcorado que ofrecemos a las criaturas, algunos consideran que ya han cumplido con ponerle el Moisés de Disney a los niños. Los más osados van por ahí, figúrense, por ese registro de perfil bajo: pajaritos y flores en el Edén, Ruth y Booz bailando entre espigas de trigo, José perdonando a los hijoputas de sus hermanos. Cosas así. A ver qué profesor tiene huevos, con los papás y los políticos y la sociedad de ahora, a contarles a los niños que Judith degolló a Holofernes tras echarle un polvo, que Noé no habría pasado un control de alcoholemia, que Abraham quiso dar matarile a su nene, o que Sansón, ciego por culpa de un malvado putón verbenero -me sorprende que las ultrafeminatas radicales no hayan exigido todavía borrar tal episodio de la Biblia-, se suicidó llevándose por delante a toda la peña de filisteos y filisteas. Que ésa es otra.
Pero bueno. Ni siquiera Disney, oigan. En lugar de aprender esas y otras cosas apasionantes o divertidas en clase de Religión, los niños van en masa a la de Alternativa, a tocarse las pelotillas -o su correspondiente, las niñas- haciendo manualidades y chorradas. Perdiendo el tiempo de forma miserable. Eso sí: disfraces y fiestas de primavera, de verano, de otoño, de invierno, Halloween y cuanta estupidez se ponga a tiro, no se pierden ni una. Hasta el pavo de Acción de Gracias empiezan a comer en algunos colegios -que hay que ser gilipollas- aunque los enanos no tengan ni idea de qué agradecer, ni a quién. Por lo demás, sobre la asignatura de Alternativa puedo citar un ejemplo cercano, certificado: el curso pasado, a una sobrina mía -este año sus padres, agnósticos y de izquierdas, la han apuntado a Religión- le enseñaron a jugar al bingo.
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El domingo pasado, 17 de diciembre de 2012, se publicaba el artículo que hoy transcribo aquí. Trata sobre la Religión en la escuela y estoy completamente alineado con lo escrito en dicho artículo, no por haber sido formado y educado en un colegio Católico durante 12 años de mi vida, que también, si no porque el argumento principal de la columna, entendiéndolo de manera cultural y social, "es de cajón". Creo que poco se puede discutir al respecto, así que no pierdo más el tiempo y os dejo con la "Patente de Corso" de esta semana de Arturo Pérez-Reverte.
¿Abraham? ¿Sansón? ¿Dalila?
Arturo Pérez-Reverte | XL Semanal | 17 de diciembre de 2012
Me lo comentó el otro día una profesora que trabaja en un colegio laico, mixto, de excelente nivel y prestigio. Con vitola culta y liberal. De los veintitantos niños de ocho a nueve años que tiene en su clase, sólo dos cursan Religión como asignatura optativa. Y en el resto del cole, más menos. Casi todos los padres eligen para sus hijos algo llamado Alternativa. Eso me picó la curiosidad. Lo mismo me da para insultar a alguien el próximo domingo, me dije. Que en los últimos artículos me he amariconado mucho. Así que esta semana hice algunas preguntas y obtuve, como veía venir, apasionantes respuestas. Y conclusiones. La principal, básicamente, es que lo mismo con el Pepé, con el Pesoe o con la madre que nos parió, esto va a seguir siendo una puñetera bazofia para analfabetos. Porque seamos justos. Ni siquiera podemos echar la culpa a los planes infames de educación que unos y otros nos llevan asestando desde hace tiempo. Los primeros responsables, los culpables son los mismos papis. O sea. No sé si me explico. Somos nosotros.
Hagan una prueba. Yo la hice, y todavía me tiemblan las manos. Pregunten a una docena de chicos de quince años, formados en esa ESO nefasta que nos legaron los infames Maravall y Solana, con la complicidad posterior de tanto idiota y/o cobarde responsable de Educación -que cada uno se adjudique el adjetivo adecuado- y el remate de los analfabetos que legislan desde Bruselas, cómo se tomaba la vida Job, qué lamentaba Jeremías, qué es multiplicar panes y peces o qué efecto produjeron las trompetas de Jericó. Aunque tampoco crean ustedes que lo de Religión es para tirar cohetes. Que eso garantiza nada. En este mundo descafeinado y edulcorado que ofrecemos a las criaturas, algunos consideran que ya han cumplido con ponerle el Moisés de Disney a los niños. Los más osados van por ahí, figúrense, por ese registro de perfil bajo: pajaritos y flores en el Edén, Ruth y Booz bailando entre espigas de trigo, José perdonando a los hijoputas de sus hermanos. Cosas así. A ver qué profesor tiene huevos, con los papás y los políticos y la sociedad de ahora, a contarles a los niños que Judith degolló a Holofernes tras echarle un polvo, que Noé no habría pasado un control de alcoholemia, que Abraham quiso dar matarile a su nene, o que Sansón, ciego por culpa de un malvado putón verbenero -me sorprende que las ultrafeminatas radicales no hayan exigido todavía borrar tal episodio de la Biblia-, se suicidó llevándose por delante a toda la peña de filisteos y filisteas. Que ésa es otra.
Pero bueno. Ni siquiera Disney, oigan. En lugar de aprender esas y otras cosas apasionantes o divertidas en clase de Religión, los niños van en masa a la de Alternativa, a tocarse las pelotillas -o su correspondiente, las niñas- haciendo manualidades y chorradas. Perdiendo el tiempo de forma miserable. Eso sí: disfraces y fiestas de primavera, de verano, de otoño, de invierno, Halloween y cuanta estupidez se ponga a tiro, no se pierden ni una. Hasta el pavo de Acción de Gracias empiezan a comer en algunos colegios -que hay que ser gilipollas- aunque los enanos no tengan ni idea de qué agradecer, ni a quién. Por lo demás, sobre la asignatura de Alternativa puedo citar un ejemplo cercano, certificado: el curso pasado, a una sobrina mía -este año sus padres, agnósticos y de izquierdas, la han apuntado a Religión- le enseñaron a jugar al bingo.
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martes, 11 de diciembre de 2012
jueves, 6 de diciembre de 2012
34 años...
Hoy, 6 de diciembre de 2012, se conmemora y algunos celebran el trigésimo cuarto aniversario de la Constitución Española. Sí, he dicho algunos, y quizás haya pecado de exceso, ven en el día de hoy un motivo de celebración, pero para otros, y cada día para más gente, hoy no hay absolutamente nada que celebrar, si no más bien todo lo contrario.
¿Puede haber motivo de celebración y alabanza hacia una mierda escrita, que empezando por lo más doloso que a día de hoy tenemos sobre el tapete, tiene a un cuarto de la población activa sin un puesto de trabajo?. ¿Qué ha sido de ese artículo de su tan querida y tan traída y llevada Constitución que dice que todo español tiene derecho a un puesto de trabajo digno?, me da a mí que a alguien se le ha debido olvidar dicho artículo, o lo que es peor y así me temo, se lo han pasado por el "arco del triunfo". Las preguntas anteriores enlazan perfectamente con otra que sin mucho discurrir todo hijo de vecino puede hacerse: ¿dónde ha quedado el otro artículo de la Carta Magna que propugna que todo español tiene derecho a techo?, pues se ha debido de quedar por el camino o bien, también se lo han vuelto a pasar por el mismo sitio que el anterior.
Con más de cinco millones de españoles sin un puesto de trabajo con el que realizarse personal y familiarmente, y con cientos de miles de desahucios a la espalda en lo que llevamos de crisis, más los que se producían anteriormente y los que todavía están por llegar, ¿todavía alguien ve el más mínimo motivo para celebrar hoy algo?, ¡no me jodas!.
Pero bien, vayamos un poco más atrás en el tiempo y pensemos, ¿dónde ha quedado el tejido industrial que con tanto esfuerzo se levantó en España entre los años sesenta y setenta del pasado siglo y que nos colocó como novena potencia industrial a nivel mundial?, exacto, en estos treinta y cuatro años ha volado. Y ahora nos tenemos que conformar con las migajas que empresas como Renault (por poner un ejemplo paradigmático) y algunas otras nos dan a cambio de vete tú a saber qué concesiones fiscales o qué asco de convenios han tenido que firmar los "sindicatos" para que la producción se quede en España. Y para 1.300 puestos de trabajo (precario) que se van a crear acude el presidente del gobierno, acompañado de un séquito ministerial que vergüenza ajena me dio el día que lo vi abriendo telediarios, regodeándose con la cara de imbécil que tiene, de que nos habían concedido la fabricación de no se qué vehículo para los próximos no se cuantos años, en fin, bochornoso.
No solo lo anterior lo ha arrasado la Constitución y sus treinta y cuatro años de vigencia, si no que la gran mayoría de los derechos adquiridos por los trabajadores durante años de lucha, se los han calzado de un plumazo. Sueldos irrisorios, jornadas laborales interminables, pérdida de dignidad en el puesto de trabajo en muchos sectores y encima, a agachar la cabeza, decir amén, y dar gracias por que al menos tienes un puesto de trabajo que te reporta unos maravillosos 500 ó 600 € al mes.
Estos treinta y cuatro años de Constitución también han traído a la actualidad otro fenómeno que parecía erradicado de España desde hace décadas y que no es otro que el de la emigración. Miles de españoles vuelven de nuevo a coger las maletas para buscarse un futuro fuera de nuestras fronteras. Y no es solo emigración cualificada (personal sanitario, ingenieros, investigadores, etc.) como se cacarea por prensa, radio y televisión, que también, si no mano de obra no cualificada (sector agrícola principalmente) que ante la falta de recursos laborales y desmantelamiento progresivo, al igual que pasa con el industrial, del tejido agrícola patrio, tienen que irse a ganarse fuera las habichuelas para poder mantener dignamente a sus familias.
Lo que sí se ha hecho cojonudamente en estos años de "progreso" es convertir a España en un país que solo sabe servir cañas y poner un ladrillo encima de otro, total, ya lo dijo aquél: ¡que inventen ellos!. Qué asco, joder, qué asco.
No quiero dejar de mencionar también la pérdida de soberanía nacional y económica que en estos treinta y cuatro años de Constitución venimos sufriendo. Organismos supranacionales como la OTAN (¿recordáis aquéllo de OTAN no, bases fuera?), Unión Europea, FMI, BCE, y no se cuántas siglas, apócopes y basura varia más nos han dejado sin un ápice de poder de decisión sobre las cuestiones que nos atañen a los españoles y que nunca deberíamos haber dejado en manos de dichos organismos que todos sabemos a qué oscuros intereses atienden, y el que no lo sepa, que aprenda. ¿Alguien ve medianamente normal que tengamos que cumplir a pies juntillas los dictados de una señora (fea de cojones, para más pistas) que está a miles de kilómetros de aquí y que única y exclusivamente vela por los intereses de sus bancos?, eso, por solo poner un ejemplo...
Así que por esto y mucho, muchísimo más, que no he querido explicitar aquí por no hacer el artículo interminable y soporífero, no tengo más remedio que decirles a todos esos que tanto alaban las bondades, grandeza e inviolabilidad de su Constitución que se la metan por donde amargan los pepinos, es decir, por el culo. Yo no he votado esa Constitución, ni jamás la hubiese votado, así que no me siento representado en lo más mínimo por la misma.
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¿Puede haber motivo de celebración y alabanza hacia una mierda escrita, que empezando por lo más doloso que a día de hoy tenemos sobre el tapete, tiene a un cuarto de la población activa sin un puesto de trabajo?. ¿Qué ha sido de ese artículo de su tan querida y tan traída y llevada Constitución que dice que todo español tiene derecho a un puesto de trabajo digno?, me da a mí que a alguien se le ha debido olvidar dicho artículo, o lo que es peor y así me temo, se lo han pasado por el "arco del triunfo". Las preguntas anteriores enlazan perfectamente con otra que sin mucho discurrir todo hijo de vecino puede hacerse: ¿dónde ha quedado el otro artículo de la Carta Magna que propugna que todo español tiene derecho a techo?, pues se ha debido de quedar por el camino o bien, también se lo han vuelto a pasar por el mismo sitio que el anterior.
Con más de cinco millones de españoles sin un puesto de trabajo con el que realizarse personal y familiarmente, y con cientos de miles de desahucios a la espalda en lo que llevamos de crisis, más los que se producían anteriormente y los que todavía están por llegar, ¿todavía alguien ve el más mínimo motivo para celebrar hoy algo?, ¡no me jodas!.
Pero bien, vayamos un poco más atrás en el tiempo y pensemos, ¿dónde ha quedado el tejido industrial que con tanto esfuerzo se levantó en España entre los años sesenta y setenta del pasado siglo y que nos colocó como novena potencia industrial a nivel mundial?, exacto, en estos treinta y cuatro años ha volado. Y ahora nos tenemos que conformar con las migajas que empresas como Renault (por poner un ejemplo paradigmático) y algunas otras nos dan a cambio de vete tú a saber qué concesiones fiscales o qué asco de convenios han tenido que firmar los "sindicatos" para que la producción se quede en España. Y para 1.300 puestos de trabajo (precario) que se van a crear acude el presidente del gobierno, acompañado de un séquito ministerial que vergüenza ajena me dio el día que lo vi abriendo telediarios, regodeándose con la cara de imbécil que tiene, de que nos habían concedido la fabricación de no se qué vehículo para los próximos no se cuantos años, en fin, bochornoso.
No solo lo anterior lo ha arrasado la Constitución y sus treinta y cuatro años de vigencia, si no que la gran mayoría de los derechos adquiridos por los trabajadores durante años de lucha, se los han calzado de un plumazo. Sueldos irrisorios, jornadas laborales interminables, pérdida de dignidad en el puesto de trabajo en muchos sectores y encima, a agachar la cabeza, decir amén, y dar gracias por que al menos tienes un puesto de trabajo que te reporta unos maravillosos 500 ó 600 € al mes.
Estos treinta y cuatro años de Constitución también han traído a la actualidad otro fenómeno que parecía erradicado de España desde hace décadas y que no es otro que el de la emigración. Miles de españoles vuelven de nuevo a coger las maletas para buscarse un futuro fuera de nuestras fronteras. Y no es solo emigración cualificada (personal sanitario, ingenieros, investigadores, etc.) como se cacarea por prensa, radio y televisión, que también, si no mano de obra no cualificada (sector agrícola principalmente) que ante la falta de recursos laborales y desmantelamiento progresivo, al igual que pasa con el industrial, del tejido agrícola patrio, tienen que irse a ganarse fuera las habichuelas para poder mantener dignamente a sus familias.
Lo que sí se ha hecho cojonudamente en estos años de "progreso" es convertir a España en un país que solo sabe servir cañas y poner un ladrillo encima de otro, total, ya lo dijo aquél: ¡que inventen ellos!. Qué asco, joder, qué asco.
No quiero dejar de mencionar también la pérdida de soberanía nacional y económica que en estos treinta y cuatro años de Constitución venimos sufriendo. Organismos supranacionales como la OTAN (¿recordáis aquéllo de OTAN no, bases fuera?), Unión Europea, FMI, BCE, y no se cuántas siglas, apócopes y basura varia más nos han dejado sin un ápice de poder de decisión sobre las cuestiones que nos atañen a los españoles y que nunca deberíamos haber dejado en manos de dichos organismos que todos sabemos a qué oscuros intereses atienden, y el que no lo sepa, que aprenda. ¿Alguien ve medianamente normal que tengamos que cumplir a pies juntillas los dictados de una señora (fea de cojones, para más pistas) que está a miles de kilómetros de aquí y que única y exclusivamente vela por los intereses de sus bancos?, eso, por solo poner un ejemplo...
Así que por esto y mucho, muchísimo más, que no he querido explicitar aquí por no hacer el artículo interminable y soporífero, no tengo más remedio que decirles a todos esos que tanto alaban las bondades, grandeza e inviolabilidad de su Constitución que se la metan por donde amargan los pepinos, es decir, por el culo. Yo no he votado esa Constitución, ni jamás la hubiese votado, así que no me siento representado en lo más mínimo por la misma.
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martes, 4 de diciembre de 2012
Lo que pasa en nuestras calles...
Me veo en la obligación moral de hacer eco aquí de una noticia que acabo de leer en www.tribunadeeuropa.com que literalmente me ha puesto el vello de punta. Transcribo el contenido de la misma, así como el vídeo que la acompaña, con la intención de remover, al igual que se me ha removido a mí, alguna que otra conciencia. No me enrollo más, ya que la noticia es lo suficientemente explícita:
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Lo que pasa en nuestras calles...
4 de diciembre de 2012 | Tribuna de Europa
El publicista que trabajó gratis para Cáritas para reflejar la nueva pobreza:
Una experiencia personal llevó al profesional -que había filmado spots para grandes firmas y artistas- a mover toda la maquinaria para filmar un conmovedor vídeo para Cáritas.
A lo largo de su vida había forjado una carrera como publicista de éxito, en la que había logrado grabar algunos anuncios para grandes firmas españolas y videoclips para cantantes como Alejandro Sanz. Como cualquier profesional de su especialidad, Alejandro Toledo cobraba por cada proyecto en el que trabajaba. Pero una fuerte experiencia personal le llevó a colaborar gratis con Cáritas, filmando un spot publicitario conmovedor que refleja la difícil situación de miles de familias en Madrid a causa de la crisis y la labor de esta institución.
“Hay que animarse a echar una mano”, exorta el vídeo de Cáritas Madrid, un spot que refleja la crudeza de una pequeña familia, formada por un padre y una hija, que se ven obligados a dormir en un cajero por la falta de recursos. Su pequeño rayo de esperanza llega de la mano de Cáritas, que sin pedir nada a cambio les ofrece la comida necesaria para subsistir cada día, como lo hace con miles de personas en la Comunidad de Madrid.
En una entrevista publicada en El Mundo, Alejandro Toledo cuenta cómo un día vio a un compañero de profesión, perfectamente vestido y arreglado, entrando en un comedor social de Cáritas para pedir comida. Al imaginarse él mismo en esa situación, propuso a Cáritas Madrid la realización gratuita del spot.
Marlboro, Mercedes, Loewe, Renfe o Ford son algunas de las grandes firmas para las que Toledo ha trabajado a lo largo de su carrera profesional. La implicación de todas las partes en el rodaje del vídeo hizo posible que el coste final para Cáritas fuera el de cero euros. El material de rodaje fue aportado por él mismo, el actor principal es un artista callejero, y su propia hija es la protagonista reflejada en un spot valorado en unos 40.000 euros.
Gente alejada de la tradicional imagen de la pobreza, familias completas a la que la crisis ha conducido a una situación extrema soliviantada por la acción de Cáritas, son cada vez más protagonistas de las imágenes diarias que a diario se pueden ver en estos comedores sociales.
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domingo, 2 de diciembre de 2012
Libros #69: ¡Arriba España!
De nuevo Ediciones Nueva República pone en manos del lector interesado un libro imprescindible para conocer la historia de Falange Española. Se trata esta vez de ¡Arriba España!, seguido de Catecismo del Estado nuevo, donde Juan Bautista Pérez de Cabo nos acerca de primera mano, por tratarse éste de uno de los más activos militantes falangistas en los difíciles años 30, a lo que desde su humilde punto de vista fue aquélla Falange que en sus orígenes, antes de convertirse en la comparsa teatral del franquismo, solo cobijaba a estudiantes, obreros e intelectuales.
Es esta la tercera edición (la primera fue en 1935 y la segunda, cuatro años después) de un pequeño libro prácticamente desconocido por la gran mayoría del público, incluso algún que otro estudioso de la Falange primigenia lo ha pasado por alto, debido al "anonimato" del autor, que en estos dos pequeños ensayos comienza y termina su obra literaria, por dedicarse Pérez de Cabo a otros menesteres laborales que nada tenían que ver con las letras.
Me ha gustado el libro. No es una biografía más de José Antonio Primo de Rivera, ni una obra de rigor doctrinal falangista, ni tampoco un recorrido cronológico al uso por las aventuras y desventuras de ese grupo de idealistas que hicieron piña en torno al José Antonio, con la férrea convicción de que otra España era posible. Uno de ellos era Juan Bautista Pérez de Cabo, un buen hombre en el sentido más amplio del término que en sus ratos libres, tras su trabajo diario con el que se ganaba más mal que bien el pan y después de las horas que le dedicaba a la militancia política, sacó tiempo para poner negro sobre blanco su visión de aquél que parecía estar llamado a poner a España en el sitio que le correspondía -José Antonio Primo de Rivera- , así como a acercar a todo el que estuviera interesado en echarle una ojeada a su obra, los orígenes de Falange Española, la actualidad de la misma y qué se pretendía llevar a cabo en la España soñada por ese grupo de entusiastas que vestían camisa azul mahón y correajes.
Una vez terminado de escribir el ensayo, el mismo autor se lo entregó personalmente a José Antonio Primo de Rivera para que éste diera su visto bueno, así como su consentimiento y claro está, ayuda financiera para que el libro viera la luz y José Antonio, que valoró positivamente la iniciativa de uno de sus más aguerridos militantes, tras unas pequeñas correcciones más de estilo que de contenido, apoyó a Juan Bautista para que su libro fuese publicado y este fue el resultado. Un libro donde su encanto y grandeza radican en su pureza primigenia y su coherencia inconformista -tal como podemos leer en la contraportada de esta edición de ENR.
Para terminar y como dato tan curioso como tétrico a la vez, he de decir que Juan Bautista Pérez de Cabo, el buen hombre, el falangista que encandiló a José Antonio por su pluma sincera y sencilla y militante dispuesto a dar hasta su propia vida por una idea, acabó fusilado por un pelotón de fusilamiento franquista en un acto de acallar la voz discordante, la voz revolucionaria, la voz más inconformista con la España que estaba diseñando en general Franco, junto a su círculo más cercano y por la que miles y miles de jóvenes falangistas, por supuestísimo que no habían luchado.
En memoria de Juan Bautista Pérez de Cabo y de tantos otros que dieron su vida en defensa de un ideal justo, valga esta pequeña reseña. Twittear
Es esta la tercera edición (la primera fue en 1935 y la segunda, cuatro años después) de un pequeño libro prácticamente desconocido por la gran mayoría del público, incluso algún que otro estudioso de la Falange primigenia lo ha pasado por alto, debido al "anonimato" del autor, que en estos dos pequeños ensayos comienza y termina su obra literaria, por dedicarse Pérez de Cabo a otros menesteres laborales que nada tenían que ver con las letras.
Me ha gustado el libro. No es una biografía más de José Antonio Primo de Rivera, ni una obra de rigor doctrinal falangista, ni tampoco un recorrido cronológico al uso por las aventuras y desventuras de ese grupo de idealistas que hicieron piña en torno al José Antonio, con la férrea convicción de que otra España era posible. Uno de ellos era Juan Bautista Pérez de Cabo, un buen hombre en el sentido más amplio del término que en sus ratos libres, tras su trabajo diario con el que se ganaba más mal que bien el pan y después de las horas que le dedicaba a la militancia política, sacó tiempo para poner negro sobre blanco su visión de aquél que parecía estar llamado a poner a España en el sitio que le correspondía -José Antonio Primo de Rivera- , así como a acercar a todo el que estuviera interesado en echarle una ojeada a su obra, los orígenes de Falange Española, la actualidad de la misma y qué se pretendía llevar a cabo en la España soñada por ese grupo de entusiastas que vestían camisa azul mahón y correajes.
Una vez terminado de escribir el ensayo, el mismo autor se lo entregó personalmente a José Antonio Primo de Rivera para que éste diera su visto bueno, así como su consentimiento y claro está, ayuda financiera para que el libro viera la luz y José Antonio, que valoró positivamente la iniciativa de uno de sus más aguerridos militantes, tras unas pequeñas correcciones más de estilo que de contenido, apoyó a Juan Bautista para que su libro fuese publicado y este fue el resultado. Un libro donde su encanto y grandeza radican en su pureza primigenia y su coherencia inconformista -tal como podemos leer en la contraportada de esta edición de ENR.
Para terminar y como dato tan curioso como tétrico a la vez, he de decir que Juan Bautista Pérez de Cabo, el buen hombre, el falangista que encandiló a José Antonio por su pluma sincera y sencilla y militante dispuesto a dar hasta su propia vida por una idea, acabó fusilado por un pelotón de fusilamiento franquista en un acto de acallar la voz discordante, la voz revolucionaria, la voz más inconformista con la España que estaba diseñando en general Franco, junto a su círculo más cercano y por la que miles y miles de jóvenes falangistas, por supuestísimo que no habían luchado.
En memoria de Juan Bautista Pérez de Cabo y de tantos otros que dieron su vida en defensa de un ideal justo, valga esta pequeña reseña. Twittear
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