Atlético de Madrid, campeón de la Supercopa de Europa 2012
viernes, 31 de agosto de 2012
¡ENHORABUENA CAMPEONES, AÚPA ATLETI!
Mis más sinceras felicitaciones al Atlético de Madrid, que dos años después de haber conseguido la Supercopa de Europa, ha vuelto a repetir la gesta, conquistando de nuevo el Viejo Continente, y van cuatro veces en dos años. ¡GRACIAS ATLETI!
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viernes, 3 de agosto de 2012
La puta crisis, tercera y última parte.
En los dos artículos que preceden a éste, los cuales podéis leer aquí (la primera parte) y aquí (la segunda) he realizado un recorrido por lo que desde mi punto de vista ha sido el origen de la crisis económica, política y social que asola a España, así como la situación actual en la que nos encontramos inmersos a día de hoy.
Hoy en día estamos bajo soberanía de lo que se ha acordado en llamar la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Central Europeo) por un lado, y al amparo de los antojos y dictados que nos marca Alemania, bajo la batuta de la señora Merkel, si es que a semejante personaje se le puede llamar señora. En definitiva, que España tiene su soberanía completamente en manos de la finanza internacional que son los que dicen cuándo, cómo y en qué gastarnos los cuatro putos duros que nos prestan. Si a alguien todavía le queda alguna duda de esto que comento, solo tiene que echar la vista unos meses atrás y reflexionar qué han sido si no, las cuatro grandes reformas que ha aprobado el ya quemado gobierno de Mariano Rajoy. Bruselas y los mercados piden, Rajoy les da, entrando en un círculo vicioso que sin un golpe de autoridad y sin poner los cojones sobre la mesa para decir, ¡ya basta!, la espiral podría continuar indefinidamente, tal y como expuse metafóricamente con el niño que llora en el anterior artículo.
Pues viendo tal y como está la cosa, y como no se vislumbra posibilidad alguna de recuperación en el corto y medio plazo, hoy me propongo expresar lo que para mí sería la mejor manera de abandonar la vorágine en la que estamos inmersos. Mi artículo, por descontado, sigue en la línea de los dos anteriores, políticamente incorrecto donde los haya y con ganas de dar por culo a más no poder; y aunque mi tesis principal pueda parecer descabellada (salida de España del euro, aunque no quiero adelantar acontecimientos), no hay más que analizarla objetivamente para darse cuenta de que no es tal, máxime cuando hay voces autorizadas en la materia que ya se posicionan abiertamente a favor de que España abandone la moneda común como remedio a los males que estamos pacdeciendo.
3.- Soluciones para salir de la crisis.
A la vista de todo cristo está que las medidas tomadas tanto por el anterior Ejecutivo como por el actual no nos han llevado a buen puerto, si no todo lo contrario. El índice de paro está en índices desconocidos hasta hoy, el selectivo Ibex 35 está en niveles de hace una década, la prima de riesgo cabalga desbocada y la confianza hacia España es la misma que se podría tener hacia Burundi o cualquier otra república bananera. Estamos pagando por nuestra deuda intereses que rozan la usura y el gobierno, erre que erre haciéndolo el juego a los mercados con este "lameculismo" tan propio de alguien a quien le trae al pairo tanto la independencia de su Nación, como el bienestar de sus ciudadanos. Llegará un momento en que las arcas públicas estén en números rojos, no nos compre deuda soberana ni el maestro armero y España entre en suspensión de pagos, usando si se me permite el término empresarial, aunque quizás tendría que decir concurso de acreedores para ser técnicamente correcto. Por tanto, ¿qué salida le queda a España?.
Ya vimos el otro día que España, al pertenecer a ese selecto club de países bobalicones que en su día se sumaron al carro del euro, no tiene ningún control sobre su moneda. No podemos subir y/o bajar los tipos de interés, no podemos darle a la manivela para hacer dinero cuando nos haga falta, o simplemente cuando nos dé la gana para salvar una situación adversa, y a todo ello hay que sumar el cumplimiento de las estrictas normas económicas a las que estamos sometidos para que no se dispare la inflación y Alemania no se ponga nerviosa (recordemos que el euro tiene paridad con el marco, lo cual beneficia única y exclusivamente a los alemanes). Así que, y al igual que algunas voces reclaman para Grecia y al resto de países que están en la misma situación que nosotros (Portugal e Irlanda, junto a Italia), la solución pasa por romper radicalmente con el euro y que cada Estado vuelva a recuperar su soberanía económica vía a la vuelta a su antigua moneda. ¡Pero qué dices hombre!, pensaréis algunos, sobre todo si vuestras únicas fuentes de información son los medios de comunicación generalistas y controlados por férreos intereses económicos. Estoy harto no, más que eso, de leer y escuchar que una salida del euro sería nefasto para cualquier país, pero lo que todavía no he leído ni escuchado en ningún sitio es porqué sería tan sumamente malo como algunos nos quieren hacer creer.
La salida de España del euro, -no es que sea un antojo mío, si no que hay economistas de la talla de Arcadi Oliveres o Vicenç Navarro que ya han dejado negro sobre blanco su opinión al respecto- es la única solución que a la vista de las circunstancias veo para que España vuelva a la senda del crecimiento y poder recuperar nuestro estado de bienestar. Sí, sí señores, no me he vuelto loco, lo digo con todo el convencimiento del mundo, salgamos de euro lo antes posible para que la situación no se degrade más de lo que ya está y así evitar el hundimiento y quiebra total de lo que todavía queda de España. Pero, ¿qué pasos debemos seguir para una salida de España del euro?, a continuación daré unas pinceladas sobre esto, ya que no quiero hacer eterno el artículo que luego la gente se me aburre y me reconoce abiertamente que no se lo terminaron de leer.
En primer lugar, y quizás lo más importante, sería tener a la cabeza de la Nación a un gobierno con la firmeza suficiente para dar ese paso. Evidentemente con Rajoy al frente del Ejecutivo podemos ir olvidándonos de esto, ya que él y su gobierno, no son más que perros falderos de las instancias supranacionales, de carácter económico principalmente, que nos han llevado a esta situación. Pero bueno, supongamos por un momento que tuviésemos la suerte de tener en España un gobierno con dos huevos y autoridad suficiente para tomar ese rumbo sin que le temblara el pulso. Lo siguiente sería empezar a imprimir pesetas de manera clandestina, no me gusta mucho esa palabra, pero es que no quedaría más remedio que hacerlo así para no poner en alerta a todo hijo de vecino y no darles tiempo a tomar medidas en contra de esta decisión de España. Una vez se disponga de un montante suficiente de pesetas para hacer frente a los pagos más acuciantes (funcionariado, empresas acreedoras del Estado, tomar las primeras medidas para hacer economía expansiva, las primeras inversiones públicas, etc.) se tendría que avisar de que España abandona de manera unilateral y de forma irrevocable la moneda única. Ni que decir tiene que no pagaríamos el 100% de la deuda pública contraída. Se podría negociar una quita importante de nuestro dinero debido, siempre y cuando se pueda llegar a un acuerdo ventajoso para España, y en caso de no acercar posiciones con los bancos prestatarios y Estados que cobijan en su seno a dichos bancos, coger al toro por los cuernos y... avisar de que no se pagará ni un euro de deuda (en la historia de España, suman trece las veces que no hemos pagado nuestra deuda y aquí seguimos). La mayor parte de nuestra deuda pública la tienen bancos alemanes, franceses e ingleses, que de no pagar España lo que debe, podría perfectamente quebrar el sistema bancario y financiero de al menos Francia y Alemania por ser estos dos países con los que más deuda contraída tenemos, así que más les valdría aceptar una quita de buena parte de la deuda por la cuenta que les traería.
Al mismo tiempo en que se avisara de la salida del euro, si no antes, se tendría que proceder a la nacionalización de todo, y digo bien, todo, el sistema bancario español. Los bancos pasan a formar parte del Estado, nacionalizándose tanto sus activos como sus pasivos.
[NOTA: Aquí quiero hacer un inciso y decir que a día de hoy, y aunque esto no se cuente, los bancos técnicamente tienen nacionalizados sus pasivos, pero no sus activos. ¿Qué quiero decir eso?. Que el Estado está asumiendo todas y cada una de las pérdidas de las entidades bancarias (vía FROB, vía préstamos de hasta 100.000.000.000 € que se nos concede por parte de las autoridades europeas) y sin embargo no les pedimos nada a cambio. ¿Qué oscuros intereses habrá detrás, para que no se deje caer a ninguna entidad financiera?. Nos vienen con el cuento de que qué pasaría con los ahorros que los ciudadanos tuvieran depositados en dichos bancos y que por ello no se las deja caer. Pero vamos a ver, ¿no existe un fondo de garantía de depósitos del Banco de España, que asume los primeros 100.000 €?, ¿y qué ciudadano tiene más de 100.000 € en un banco a día de hoy?, creo que no hace falta dar más argumentos a favor de que se deje caer a los putos bancos como a cualquier otra empresa, lo mismo cuando alguno vea las barbas de su vecino cortar... ¡pone las suyas a remojar!]. Por tanto tendríamos al Banco de España como garante de la soberanía e independencia económica de España, así como a todos los bancos, cajas y entidades financieras nacionalizadas para evitar tejemanejes raros de los que tanto les gustan, con el único fin de presentar positivísimas cuentas de resultados importándoles una puta mierda sus clientes.
Colateralmente a esto, tendrían que quedar nacionalizadas las empresas que forman parte de la infraestructura crítica del Estado. Me refiero al sector energético (al completo), telecomunicaciones, transportes y aguas. No podemos dejar en manos de la especulación financiera y de los mercados las empresas encargadas de dar cobertura a aspectos tan necesarios para un país como los enumerados anteriormente. Recordemos que estamos hablando de empresas que todas, absolutamente todas están presentando balances con beneficios de cientos, si no miles, de millones de euros, por tanto, todo ese beneficio reportaría en el Estado y no se lo repartirían entre los cuatro amigos de siempre.
Tendríamos que cargar impositivamente las importaciones, vía aranceles, o vía instrumento que les dé la gana.
Una vez recuperada nuestra independencia y soberanía, estaríamos en disposición de aplicar la política económica que nos hiciera afrontar la situación de la mejor manera posible. Evidentemente no nos quedaría más remedio que devaluar la moneda y posiblemente a niveles nunca vistos, tendríamos que darle muy mucho a la manivela de hacer pesetas con la consiguiente subida de la inflación, la cual, si no se toman férreas medidas aumentaría hasta límites insospechados y tendrían el Banco de España y sus técnicos que trabajar a matacaballo. Esos serían los aspectos negativos, pero enseguida se empezarían a ver los resultados positivos. Por lo pronto seríamos muchos más competitivos en lo que a exportaciones se refiere, al comprar nuestros productos los países receptores a mucho menor precio, por tanto, eso se refleja positivamente en nuestra balanza de pagos. No que ahora, en la España del euro, ¿qué ocurre?, que para ser competitivos hay que despedir a gente y tirar los salarios, ¿pero no nos damos cuenta que jamás de los jamases vamos a poder competir con países como China, Turquía o India?.
Evidentemente también hay aspectos negativos, como el tener que pagar más por las importaciones (sobre todo petróleo), el enemistarnos con algunos de nuestros socios europeos (no con todos, que no nos engañen) o ver qué pasa con todo el circulante tanto real como virtual, que hay en euros (véase pagar la hipoteca), por citar solo tres casos concretos de los muchos que habría, pero señores, aquí ya entra en juego la decisión y el coraje de un pueblo y sus gobernantes. Se tendría que formar un gobierno de coalición nacional, con una autoridad solvente a la cabeza del mismo y si es necesario durante un tiempo, "nacionalizar a la sociedad", ya que tan solo haciendo de la masa pueblo y del pueblo Nación, conseguiremos todos juntos salir de este "embolao" en el que nos han metido. Véase el caso de Islandia por ejemplo, que aunque con sus particularidades, podría servirnos de referente.
En definitiva, y aprovechando una cita de Nietzsche: "Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos". Y nosotros y nuetra Historia no es que tengamos un porqué, es que tenemos el deber inexcusable de hacer que España siga siendo España.
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Hoy en día estamos bajo soberanía de lo que se ha acordado en llamar la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Central Europeo) por un lado, y al amparo de los antojos y dictados que nos marca Alemania, bajo la batuta de la señora Merkel, si es que a semejante personaje se le puede llamar señora. En definitiva, que España tiene su soberanía completamente en manos de la finanza internacional que son los que dicen cuándo, cómo y en qué gastarnos los cuatro putos duros que nos prestan. Si a alguien todavía le queda alguna duda de esto que comento, solo tiene que echar la vista unos meses atrás y reflexionar qué han sido si no, las cuatro grandes reformas que ha aprobado el ya quemado gobierno de Mariano Rajoy. Bruselas y los mercados piden, Rajoy les da, entrando en un círculo vicioso que sin un golpe de autoridad y sin poner los cojones sobre la mesa para decir, ¡ya basta!, la espiral podría continuar indefinidamente, tal y como expuse metafóricamente con el niño que llora en el anterior artículo.
Pues viendo tal y como está la cosa, y como no se vislumbra posibilidad alguna de recuperación en el corto y medio plazo, hoy me propongo expresar lo que para mí sería la mejor manera de abandonar la vorágine en la que estamos inmersos. Mi artículo, por descontado, sigue en la línea de los dos anteriores, políticamente incorrecto donde los haya y con ganas de dar por culo a más no poder; y aunque mi tesis principal pueda parecer descabellada (salida de España del euro, aunque no quiero adelantar acontecimientos), no hay más que analizarla objetivamente para darse cuenta de que no es tal, máxime cuando hay voces autorizadas en la materia que ya se posicionan abiertamente a favor de que España abandone la moneda común como remedio a los males que estamos pacdeciendo.
3.- Soluciones para salir de la crisis.
A la vista de todo cristo está que las medidas tomadas tanto por el anterior Ejecutivo como por el actual no nos han llevado a buen puerto, si no todo lo contrario. El índice de paro está en índices desconocidos hasta hoy, el selectivo Ibex 35 está en niveles de hace una década, la prima de riesgo cabalga desbocada y la confianza hacia España es la misma que se podría tener hacia Burundi o cualquier otra república bananera. Estamos pagando por nuestra deuda intereses que rozan la usura y el gobierno, erre que erre haciéndolo el juego a los mercados con este "lameculismo" tan propio de alguien a quien le trae al pairo tanto la independencia de su Nación, como el bienestar de sus ciudadanos. Llegará un momento en que las arcas públicas estén en números rojos, no nos compre deuda soberana ni el maestro armero y España entre en suspensión de pagos, usando si se me permite el término empresarial, aunque quizás tendría que decir concurso de acreedores para ser técnicamente correcto. Por tanto, ¿qué salida le queda a España?.
Ya vimos el otro día que España, al pertenecer a ese selecto club de países bobalicones que en su día se sumaron al carro del euro, no tiene ningún control sobre su moneda. No podemos subir y/o bajar los tipos de interés, no podemos darle a la manivela para hacer dinero cuando nos haga falta, o simplemente cuando nos dé la gana para salvar una situación adversa, y a todo ello hay que sumar el cumplimiento de las estrictas normas económicas a las que estamos sometidos para que no se dispare la inflación y Alemania no se ponga nerviosa (recordemos que el euro tiene paridad con el marco, lo cual beneficia única y exclusivamente a los alemanes). Así que, y al igual que algunas voces reclaman para Grecia y al resto de países que están en la misma situación que nosotros (Portugal e Irlanda, junto a Italia), la solución pasa por romper radicalmente con el euro y que cada Estado vuelva a recuperar su soberanía económica vía a la vuelta a su antigua moneda. ¡Pero qué dices hombre!, pensaréis algunos, sobre todo si vuestras únicas fuentes de información son los medios de comunicación generalistas y controlados por férreos intereses económicos. Estoy harto no, más que eso, de leer y escuchar que una salida del euro sería nefasto para cualquier país, pero lo que todavía no he leído ni escuchado en ningún sitio es porqué sería tan sumamente malo como algunos nos quieren hacer creer.
La salida de España del euro, -no es que sea un antojo mío, si no que hay economistas de la talla de Arcadi Oliveres o Vicenç Navarro que ya han dejado negro sobre blanco su opinión al respecto- es la única solución que a la vista de las circunstancias veo para que España vuelva a la senda del crecimiento y poder recuperar nuestro estado de bienestar. Sí, sí señores, no me he vuelto loco, lo digo con todo el convencimiento del mundo, salgamos de euro lo antes posible para que la situación no se degrade más de lo que ya está y así evitar el hundimiento y quiebra total de lo que todavía queda de España. Pero, ¿qué pasos debemos seguir para una salida de España del euro?, a continuación daré unas pinceladas sobre esto, ya que no quiero hacer eterno el artículo que luego la gente se me aburre y me reconoce abiertamente que no se lo terminaron de leer.
En primer lugar, y quizás lo más importante, sería tener a la cabeza de la Nación a un gobierno con la firmeza suficiente para dar ese paso. Evidentemente con Rajoy al frente del Ejecutivo podemos ir olvidándonos de esto, ya que él y su gobierno, no son más que perros falderos de las instancias supranacionales, de carácter económico principalmente, que nos han llevado a esta situación. Pero bueno, supongamos por un momento que tuviésemos la suerte de tener en España un gobierno con dos huevos y autoridad suficiente para tomar ese rumbo sin que le temblara el pulso. Lo siguiente sería empezar a imprimir pesetas de manera clandestina, no me gusta mucho esa palabra, pero es que no quedaría más remedio que hacerlo así para no poner en alerta a todo hijo de vecino y no darles tiempo a tomar medidas en contra de esta decisión de España. Una vez se disponga de un montante suficiente de pesetas para hacer frente a los pagos más acuciantes (funcionariado, empresas acreedoras del Estado, tomar las primeras medidas para hacer economía expansiva, las primeras inversiones públicas, etc.) se tendría que avisar de que España abandona de manera unilateral y de forma irrevocable la moneda única. Ni que decir tiene que no pagaríamos el 100% de la deuda pública contraída. Se podría negociar una quita importante de nuestro dinero debido, siempre y cuando se pueda llegar a un acuerdo ventajoso para España, y en caso de no acercar posiciones con los bancos prestatarios y Estados que cobijan en su seno a dichos bancos, coger al toro por los cuernos y... avisar de que no se pagará ni un euro de deuda (en la historia de España, suman trece las veces que no hemos pagado nuestra deuda y aquí seguimos). La mayor parte de nuestra deuda pública la tienen bancos alemanes, franceses e ingleses, que de no pagar España lo que debe, podría perfectamente quebrar el sistema bancario y financiero de al menos Francia y Alemania por ser estos dos países con los que más deuda contraída tenemos, así que más les valdría aceptar una quita de buena parte de la deuda por la cuenta que les traería.
Al mismo tiempo en que se avisara de la salida del euro, si no antes, se tendría que proceder a la nacionalización de todo, y digo bien, todo, el sistema bancario español. Los bancos pasan a formar parte del Estado, nacionalizándose tanto sus activos como sus pasivos.
[NOTA: Aquí quiero hacer un inciso y decir que a día de hoy, y aunque esto no se cuente, los bancos técnicamente tienen nacionalizados sus pasivos, pero no sus activos. ¿Qué quiero decir eso?. Que el Estado está asumiendo todas y cada una de las pérdidas de las entidades bancarias (vía FROB, vía préstamos de hasta 100.000.000.000 € que se nos concede por parte de las autoridades europeas) y sin embargo no les pedimos nada a cambio. ¿Qué oscuros intereses habrá detrás, para que no se deje caer a ninguna entidad financiera?. Nos vienen con el cuento de que qué pasaría con los ahorros que los ciudadanos tuvieran depositados en dichos bancos y que por ello no se las deja caer. Pero vamos a ver, ¿no existe un fondo de garantía de depósitos del Banco de España, que asume los primeros 100.000 €?, ¿y qué ciudadano tiene más de 100.000 € en un banco a día de hoy?, creo que no hace falta dar más argumentos a favor de que se deje caer a los putos bancos como a cualquier otra empresa, lo mismo cuando alguno vea las barbas de su vecino cortar... ¡pone las suyas a remojar!]. Por tanto tendríamos al Banco de España como garante de la soberanía e independencia económica de España, así como a todos los bancos, cajas y entidades financieras nacionalizadas para evitar tejemanejes raros de los que tanto les gustan, con el único fin de presentar positivísimas cuentas de resultados importándoles una puta mierda sus clientes.
Colateralmente a esto, tendrían que quedar nacionalizadas las empresas que forman parte de la infraestructura crítica del Estado. Me refiero al sector energético (al completo), telecomunicaciones, transportes y aguas. No podemos dejar en manos de la especulación financiera y de los mercados las empresas encargadas de dar cobertura a aspectos tan necesarios para un país como los enumerados anteriormente. Recordemos que estamos hablando de empresas que todas, absolutamente todas están presentando balances con beneficios de cientos, si no miles, de millones de euros, por tanto, todo ese beneficio reportaría en el Estado y no se lo repartirían entre los cuatro amigos de siempre.
Tendríamos que cargar impositivamente las importaciones, vía aranceles, o vía instrumento que les dé la gana.
Una vez recuperada nuestra independencia y soberanía, estaríamos en disposición de aplicar la política económica que nos hiciera afrontar la situación de la mejor manera posible. Evidentemente no nos quedaría más remedio que devaluar la moneda y posiblemente a niveles nunca vistos, tendríamos que darle muy mucho a la manivela de hacer pesetas con la consiguiente subida de la inflación, la cual, si no se toman férreas medidas aumentaría hasta límites insospechados y tendrían el Banco de España y sus técnicos que trabajar a matacaballo. Esos serían los aspectos negativos, pero enseguida se empezarían a ver los resultados positivos. Por lo pronto seríamos muchos más competitivos en lo que a exportaciones se refiere, al comprar nuestros productos los países receptores a mucho menor precio, por tanto, eso se refleja positivamente en nuestra balanza de pagos. No que ahora, en la España del euro, ¿qué ocurre?, que para ser competitivos hay que despedir a gente y tirar los salarios, ¿pero no nos damos cuenta que jamás de los jamases vamos a poder competir con países como China, Turquía o India?.
Evidentemente también hay aspectos negativos, como el tener que pagar más por las importaciones (sobre todo petróleo), el enemistarnos con algunos de nuestros socios europeos (no con todos, que no nos engañen) o ver qué pasa con todo el circulante tanto real como virtual, que hay en euros (véase pagar la hipoteca), por citar solo tres casos concretos de los muchos que habría, pero señores, aquí ya entra en juego la decisión y el coraje de un pueblo y sus gobernantes. Se tendría que formar un gobierno de coalición nacional, con una autoridad solvente a la cabeza del mismo y si es necesario durante un tiempo, "nacionalizar a la sociedad", ya que tan solo haciendo de la masa pueblo y del pueblo Nación, conseguiremos todos juntos salir de este "embolao" en el que nos han metido. Véase el caso de Islandia por ejemplo, que aunque con sus particularidades, podría servirnos de referente.
En definitiva, y aprovechando una cita de Nietzsche: "Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos". Y nosotros y nuetra Historia no es que tengamos un porqué, es que tenemos el deber inexcusable de hacer que España siga siendo España.
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