El autor de "Revisionismo y política" es el historiador y profesor universitario Alberto Reig Tapia, el cuál, según reza su biografía, lleva más de treinta años dedicando su labor investigadora a la política española contemporánea (II República, guerra civil, franquismo y transición a la democracia) e impartiendo clase en la Universidad.
Tengo que decir que el presente libro es la segunda parte de otro que se escribió dos años antes que éste y que lleva por título "Anti Moa. La subversión neofranquista de la historia de España". Como dije en mis primeras líneas, no recuerdo cómo ni de qué manera ha acabado este libro ocupando un pequeño espacio en mis estanterías, la cuestión es que la primera parte del mismo no la tengo y a la vista de la bazofia que me he encontrado en las páginas de esta segunda parte, tengo más que claro que no la voy a tener.
Intentaré explicar el origen de este ensayo que hoy comento aquí. El profesor Alberto Reig Tapia escribió un libro (el de Anti Moa...) escupiendo resentidamente toda clase de improperios contra el aprovechado y chaquetero (fue militante del GRAPO y ahora se ha convertido en recalcitrante defensor del franquismo) Pío Moa, pseudohistoriador venido a más debido al gran éxito que en ciertos sectores de la derecha de este país, en gran parte por el altavoz que le ofrece el grupo de comunicación neoneoliberal (no es un error, lo he puesto a propósito) Libertad Digital, han tenido sus libros. Pío Moa, haciendo uso de su derecho a la defensa, comienza a publicar artículos y más artículos en su blog rebatiendo a la mierda escrita por el "rojeras" de Reig Tapia; y éste último que sigue enfadado -¡y de qué manera!- porque el ex-Grapo convierte a todos y cada uno de los libros que escribe en un best-seller y a él no lo lee ni la madre que lo parió, publica otro libro con más resentimiento aún (por lo visto) que el primero y el resultado es esta obra en la que única, e insisto, única y exclusivamente hay insultos, improperios y descalificaciones hacia Pío Moa.
A lo largo de los catorce capítulos que componen el grueso central del libro -precedidos por una amplia introducción y un "epílogo definitivo" (sí, así se titula el epílogo)-, el tipo éste, Alberto Reig, que aparte de descalificar y despotricar, no hace más que jactarse de su condición de profesor titular en una Universidad Pública (como si eso hoy en día tuviese algún mérito), se propone dejar en evidencia al "no historiador" Pío Moa y para ello saca la vena que todo progresista de salón, burgués al fin y a la postre y por supuestísimo siempre políticamente correcto lleva dentro, la del insulto fácil, la descalificación gratuita y el vómito de resentimiento y envidia acompañado de arcadas de odio visceral. Sí, estoy siendo muy duro, pero más dura se me ha hecho a mí la lectura de este libro (llega a ser prácticamente infumable) y debido a mi tonta manía de tener que terminar los libros que empiezo, no me ha quedado más remedio que comérmelo desde el principio hasta el final, así que me vais a perdonar y suelto lastre aquí como terapia desestresante antes de afrontar la lectura de otro libro.
Como muestra un botón, y para que os hagáis una pequeña idea de lo que he dicho anteriormente, os enumero el título de algunos capítulos del libro: "Los internautas de Mister Bean", "Moa-Lissenko, vidas ejemplares", "La insoportable levedad de Moa", "El pobrecito hablador", etc. ¿Es esto serio viniendo de alguien que ha dedicado su vida al estudio y a la docencia?, no, no lo es, o al menos a mí no me lo parece.
En fin, no voy a perder más tiempo, que bastante lo he perdido ya leyendo la mierda de libro éste. No voy a decir de este agua no beberé, porque no me gusta tener que tragarme mis palabras, pero dudo mucho que lea el primer libro, sí, el que fue detonante de toda esta batalla campal entre Reig y Moa, aunque si es cierto que en ocasiones me ha picado la curiosidad y me gustaría saber cómo empezó todo, pero no sé hasta qué punto mi grado de tolerancia a la estupidez lo soportará...Si lo leo, tendréis noticias del mismo, si no, no os perderéis nada. Twittear
