sábado, 3 de marzo de 2012

Todo acaba, todo llega.

Tras quince meses de injusta privación de libertad, acusado y condenado por el flagrante delito de editar y vender libros, el próximo día 8 de marzo del presente, Pedro Varela volverá a recuperar la libertad, tras no haber disfrutado de ninguno de los beneficios penitenciarios a los que tiene derecho cualquier recluso sin delitos de sangre en este país. Ha sido año y cuarto duro, alejado de su familia, de su librería, de su editorial, de sus amigos, pero Pedro mejor que nadie sabe, y con su ejemplo queda más que demostrado, que caen nuestros muros, pero no nuestros corazones; y tanto él, como el resto de camaradas que han tenido que pasar por esta justicia absurda que soportamos en España -véase Juan Antonio Llopart o Ramón Bau-, seguirán en la lucha con el único fin de proclamar la Verdad, toda la Verdad y nada más que la Verdad.

Aquí he publicado algunas de sus "Cartas desde prisión" para compartirlas con los pocos o muchos lectores que tengo en mi blog, y como no podía ser de otra manera, publicaré la última carta que ha escrito entre esos cuatro fríos muros donde ha pasado el último año y tres meses. He aquí la última misiva desde la cárcel que nos envía, y la primera (de una larga lista, espero) de la vida que retoma para hacernos llegar a todos nosotros esos libros -que si no fuera por él y por gente como él, a los que debemos de estar eternamente agradecidos por la labor que realizan- jamás leeríamos. Recordar que podéis leer las cartas y toda la información referente al proceso de Pedro Varela en el siguiente enlace: http://www.libertadpredrovarela.org.


Todo acaba, todo llega.

Cartas desde prisión | Pedro Varela Geiss | 1 de marzo de 2012


Tras año y cuarto de reclusión penitenciaria, si Dios quiere y la autoridad competente no lo impide, ésta pretende ser mi última carta escrita desde la cárcel que recibiréis.


El próximo jueves día 8 de marzo a eso de las 11 de la mañana, abandonaré mi celda habitual tras haber cumplido esta condena a pulso y sin haber disfrutado de ninguno de los beneficios penitenciarios que me corresponderían.


Quería prometeros algo, pero está escrito “que tu sí sea un sí, y que tu no sea un no”, eso basta. Así que simplemente afirmo que sí haré cuatro o cinco cosas de mutuo interés.


Primero, continuar escribiendo mis “Cartas desde Prisión” en libertad, tal y como me solicitáis. Segundo, contestar a todos y cada uno de los que me habéis escrito personalmente la última correspondencia recibida. Tercero, estrechar la mano gustosamente a todos aquéllos que se han propuesto acudir el día de mi excarcelación a la puerta del centro penitenciario como improvisado comité de bienvenida al mundo exterior, sobre todo tratándose de un día laborable. Y cuarto, sentarme en vuestra compañía a mediodía de ese mismo jueves 8 de marzo para disfrutar de un plato decente en alguna “masía” cercana mientras nos reímos un rato de las almas pequeñas y sus fracasados intentos de doblegar lo indomable.


Una vez reintegrado a la vida familiar y laboral, tendremos tiempo de poner en evidencia a los hombres de mala voluntad y contraatacar con renovados esfuerzos, armados de un serio y honesto amor a la verdad.