domingo, 8 de enero de 2012

Cojonudo empezamos 2012.

En primer lugar, y antes de que se me olvide, felicitaros el nuevo año que acabamos de estrenar a todos y cada uno de los lectores de este blog, así como desearos lo mejor para éste 2012, aunque ya sé que en las circunstancias en las que nos encontramos política y económicamente hablando, todo apunta a que de bueno va a tener más bien poco, tendiendo a nulo como la cosa siga virando en el sentido en que hasta ahora lo está haciendo.
Bien, pues una vez finalizado el periodo navideño, que no sé si es una sensación mía, o le pasa a alguien más, pero cada año se me hace más largo, es hora de seguir la rutina diaria y como soy una persona de costumbres fijas, dentro de mi personal rutina está dedicarle algunos minutos de vez en cuando a mantener www.sabalete.es vivo, dentro de las posibilidades que la vida familiar, laboral y universitaria me permiten. Por tanto aquí seguiré un año más dando mi particular punto de vista sobre los más diversos temas, criticando -positiva o negativamente- los libros que voy leyendo y compartiendo con todos vosotros artículos, viñetas o vídeos editados por otros que me resulten de interés y por tanto sean objeto de ser expuestos aquí.

Con todo lo que está aconteciendo en el panorama patrio, donde la palabra recorte se ha erigido en "trending topic" a nivel estatal en prácticamente cualquier conversación, desde la más banal en la barra de un bar, hasta las más "sesudas" emitidas radiofónicamente -donde cuatro o cinco gilipollas van a comentar/criticar/debatir lo que otros tantos gilipollas comentaron/criticaron/debatieron el día anterior, para que al día siguiente, más o menos los mismos gilipollas comenten/critiquen/debatan los que estos están comentando/criticando/debatiendo hoy-, pasando por toda la mierda escrita negro sobre blanco en las decenas de panfletos diarios y revistas semanales y mensuales, no podía comenzar el año de otra manera que no fuese hablando de recortes, que impulsados por Mariano "Manostijeras" -así se le ha empezado a llamar en algún medio de cuyo nombre no quiero acordarme...- van a hacer la pendiente más empinada aún a los ya más que cansados españoles, que habiendo llegado prácticamente a nuestro máximo nivel de tolerancia, parece que todavía tenemos que aguantar el viento en contra en esta jodida cuesta -que ojalá fuese solo de enero-.

Para los anales de la historia quedará el día 30 de diciembre de 2011, víspera de nochevieja. Soraya Sáenz de Santamaría, recientemente erigida en Ministra de la Presidencia, Vicepresidenta primera y única del Gobierno y no sé cuántos cargos más tiene la tipa ésta -que con casi cinco millones de parados, ya podía dejar algo para los demás-, flanqueada por los también recién estrenados Ministros de Economía (Luis de Guindos), Hacienda y Administraciones Públicas (Cristóbal Montoro) y Empleo y Asuntos sociales (Fátima Báñez), enunciaba cual papagayo las decisiones que sobre todo y principalmente en materia económica -recortes, ¡ay manostijeras, manostijeras!- se habían tomado en el consejo de ministros de ese mismo día. No los voy a enumerar aquí ya que de eso se han encargado otros, aparte de que ya estaréis hasta los mismísimos cojones de leer/ver/escuchar lo mismo, así que me centraré en uno de ellos, que fue el que más me llamó la atención, no por esperado, menos sorprendente.
Se trata de la congelación para el año 2012 del salario mínimo interprofesional (en adelante, SMI). Imbuidos en una vorágine de tijeretazos con todo tipo de medidas algunas drásticas y otras no tanto para reducir el gasto público (congelación del salario a funcionarios, reposición cero de empleo público para este año salvo Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, eliminación de algún absurdo ministerio, etc), así como otra batería de propuestas para aumentar los ingresos de las arcas públicas (subida de los impuestos por las rentas del trabajo y del capital, aumento del IBI para el 50% del parque inmobiliario, etc.) me parece completamente absurda desde el punto de vista de la reducción del déficit público y por consiguiente de la deuda pública, la propuesta de congelar el SMI. ¿Qué porcentaje de nuestro maltrecho déficit genera una subida de uno o dos puntos porcentuales de subida del SMI?, ¿Qué ahorra a las cuentas públicas estatales la congelación de dicho SMI?, nada, absolutamente nada, y el que sea capaz de explicármelo, que me lo explique, porque yo, posiblemente desde mi más honda ignorancia, no llego a entenderlo.
Ahora bien, ¿no se tratará de un pequeño aperitivo que estos peperos le han puesto ya a la patronal como anticipo del suculento plato que les tienen preparado cuando se apruebe la inminente reforma laboral? -que se aprobará con o sin consenso, recordar-. Tiene toda la pinta, ¿verdad?.

Han subido los gravámenes a las rentas del trabajo y del ahorro, con el aumento de sendos impuestos, amén de la subida del IBI a la que me refería antes, pero... ¿alguien ha oído algo sobre la subida del impuesto de sociedades?, ¿van a gravar vía alguna tasa a la banca las grandes operaciones financieras?, ¿por qué extraña razón no se desmonta el sistema de SICAV donde las grandes fortunas (más de 2,4 millones de euros) cotizan a un irrisorio 1%?, ¿por qué demonios seguimos avalando con dinero público a las entidades financieras y sin embargo no somos capaces de establecer unas líneas de crédito estatales para autónomos y pequeñas y medianas empresas?. Pero, ¡ay amigo!, ¿cómo un gobierno conservador y liberal, aparte de lameculos de mercados, merkels, sarkozys y obamas, se iba a atrever a hacer algo así, máxime cuando casi once millones de españoles le han dado su respaldo en las urnas?. Yo no digo nada, que luego todo se sabe. Y que conste que con esto no estoy diciendo que el PSOE lo hubiese hecho mejor, nada más lejos de la realidad, ya que a lo largo de casi 8 años que han estado gobernando, ¿qué han hecho si no política ultraliberal de una u otra manera?, ¿dónde está el concepto de Socialista en el PSOE?, ¿y el de obrero?, el de Español lo perdió hace ya muchos, muchos años, y tal y como están las cosas -manifiesto va, manifiesto viene-, ya no parece ni partido, por tanto, ¿qué queda del PSOE si no es ni partido, ni socialista, ni obrero y mucho menos español?, esto no hay Rubalcaba, ni mucho menos Chacón, que lo levante. Creo que no hace falta dar más explicaciones al respecto.
En resumen, que me dan asco todos, y cuando digo todos, son todos, sin excepción, yernísimo incluido. Amén.

P.D: La imagen que introduce este artículo corresponde a la viñeta de Manuel Fontdevila publicada ayer día 7 de enero en el diario Público. Podéis pinchar en ella para ampliarla, ya que soy consciente de que tal y como está expuesta aquí, no se ve una mierda.