Creo recordar, aunque vagamente, que en la crítica del libro que pasó por mis manos (y que me llevó a leerlo) se indicaba que en el libro se exponía en forma de novela cómo manipulan la información los grandes medios de comunicación, cómo con todas las técnicas legales o ilegales a su alcance, logran hacernos ver lo que no es y distorsionan la realidad de tal manera, que nos pueden hacer creer que lo blanco es negro y que lo negro es blanco. Aparte de eso, se decía que también encontraríamos en el libro cómo recluta la "extrema derecha" estadounidense a sus futuros militantes en las bases militares de dicho país y si os digo la verdad, tengo una laguna de memoria enorme sobre un tercer punto en discordia que indicaba la crítica que no logro recordar.
Pues ni lo uno, ni lo otro, ni lo de más allá, nada de nada. En cuanto al tema del reclutamiento de militantes "neofascistas", y he de suponer que es por lo que voy a contar por lo que en la crítica se hacía un comentario al respecto, entiendo que se referiría el crítico a que el argumento principal de la novela de mierda ésta, gira en torno a tres futuros militares de Estados Unidos, que, formándose en la academia militar de Fort Bragg, no tenían otra cosa mejor que hacer que matar a un homosexual. Argumento recurrente en algunas novelas sensacionalistas y que apasiona al lobby gay de todo el mundo.
A partir de ese hecho, un grupo de periodistas con todo tipo de peripecias, las que todas forman parte de la más pura ficción -así que de periodismo de investigación y manipulación de los medios de comunicación, nada de nada- consiguen hacer o al menos lo intentan -no voy a desvelar el final de la novela para el que tenga los santos cojones de leerla- que el autor material del asesinato confiese y que todo ello sea emitido en directo en prime time en uno de los programas de la telebasura estadounidense que más audiencia tiene.
No pienso dedicar ni un segundo más a este libro, así que aquí finaliza la entrega de hoy, solo pedir encarecidamente que no compréis el libro, es una auténtica pérdida de dinero -y si lo leéis, de tiempo- menos mal que la Biblioteca Pública a la que recurro cuando quiero leer algo y no me apetece gastarme un euro, lo tenían.
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