A nadie le resultarán extraños los últimos acontecimientos que están teniendo lugar en torno al fútbol patrio. Fichajes multimillonarios en plena crisis económica que resultan vergonzantes para cualquier persona con un poco de sentido común, presentaciones de jugadores cual gladiadores romanos antes de tener que enfrentarse con sangre sudor y lágrimas a sus adversarios, miles de personas soportando durante horas el calor que se está dejando caer sobre nuestro suelo este mes de julio para poder ver durante unos segundos a sus ídolos futbolísticos o en el caso de las adolescentes adormecidas y sin mejor cosa que hacer o pensar, por ver al "tío" de moda de las revistas de adolescentes, fichado por un club que como el Ave Fénix pretender resurgir de sus cenizas, cenizas en que lo convirtió el que ahora pretende resurgirlo.
Pero todo esto no es lo peor, ya que por suerte (para algunos) o por desgracia (para otros), vivimos en un país supuestamente libre y allá cada cual lo que quiera hacer con su tiempo y con su dinero, lo que realmente me parece vergonzoso es que con este mismo tema del que estoy hablando se abran telediarios, tertulias radiofónicas en programas no deportivos, se dediquen portadas de periódicos y minutos si no horas en todo tipo de programas que se emiten por televisión. Estoy harto de levantarme escuchando la palabra Kaká (ahora eclipsado por su otro compañero de equipo), tener que comer a mediodía viéndole la cara a Cristiano Ronaldo (el eclipsador de Kaká), cenar escuchando de fondo en mi televisión la guerra abierta entre clubes por el fichaje de Villa y acostarme por la noche y seguir escuchando en cualquier tertulia un combinado de alabanzas de unos y críticas de otros hacia los personajes de los que en unas líneas antes he hablado.
También podría embrutecerme en contra del bombardeo de noticias referentes a la muerte de Michael Jackson al que estamos siendo sometidos, "Memorial" emitido en directo por nuestra queridísima cadena pública de televisión incluído. No seré yo quien le quite a semejante personaje ni un ápice de mérito en lo que a su carrera musical se refiere, aunque como os podéis imaginar, a mí no me guste en absoluto. En fin, no le voy a dedicar ni una palabra más al "rey del pop" ya que otros se han encargado de hacer de un desequilibrado un mito.
Por todo lo anterior y mucho más que podría decir he tituado a este post "Panem et circenses", en alusión a la antigua Roma, que en su origen dicha expresión describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses como forma de mantener al pueblo distraído de la política y que actualmente tiene el mismo si no más vigor que hace siglos. Aunque como muy bien dice por ahí un conocido grupo de música y de ahí la imagen que acompaña a esta entrada, el pan es poco y el circo pésimo.
Por eso, muchas veces tomo la mejor decisión que puedo tomar viendo el panorama informativo actual, apagar la televisión, apagar la radio y no leer absolutamente nada que huela a medios de comunicación de masas, entendiendo estos como aquéllos políticamente correctos que por un plato de lentejas (entiéndase la metáfora) se venden al mejor postor y que por un nimio porcentaje de share son capaces de emitir vete tú a saber qué mamarrachadas. Menos mal que para los que no comulgamos con la religión oficial que poco a poco nos imponen, cada día tenemos más alternativas a las que recurrir cuando a disfrutar de nuestro tiempo de ocio frente al televisor se refiere. Gracias a Internet podemos ver lo que realmente nos apetece y cuando nos plazca. Radios alternativas, podcast, streaming de vídeo, descargas p2p, etc. nos hace la rutina diaria un poco más llevadera, porque los programas de calidad en las televisiones en abierto, se pueden contar con los dedos de una mano y me sobran algunos.
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