Hoy, día 6 de Diciembre de 2007, celebramos en España el vigésimo noveno aniversario de la entrada en vigor de la Norma fundamental por la que se rige el Estado de Derecho Español, la famosa Constitución Española de 1978. Desde el año 1812 y atendiendo a la historia del constitucionalismo Español podemos ver la diversidad de Constituciones y proyectos Constitucionales que durante dos siglos han pululado por la política de este país sin que ninguno de ellos llegase a cuajar y con el cuál el pueblo pudiese sentirse completamente identificado y conforme a su Norma suprema.
La Constitución de 1978 nos la venden como la fórmula mágica que ha logrado consensuar con todos los Españoles, ya que ellos la votaron, la forma de Estado que queremos tener, Monarquía parlamentaria en este caso. Pero como no es oro todo lo que reluce, la Constitución está dejando de ser ese tótem en torno al cual todo el mundo se reúne y se siente completamente satisfecho. No es extraño, y me explico. Francisco Franco con su muerte, se llevó consigo su régimen autoritario y las Leyes Fundamentales del Reino, en vigor desde el año 1938. España pedía y necesitaba un cambio de todas y cada una de las instituciones políticas que durante prácticamente cuarenta años habían estado vigentes y que sembraron las estructuras económicas y sociales que permitieron llevar a España a su andadura Constitucional y Monárquica tras la muerte del Caudillo. Debido a las prisas por sacar adelante dicho proceso constitucional y para que todo el mundo quedase satisfecho, lo que se ha venido llamando el café para todos, se reunieron una serie de "cabezas pensantes", representantes de las más diversas ideologías (pero todos gente, que dicho sea de paso, habían vivido estupendamente bajo el régimen Franquista) para redactar prácticamente a la ligera y sin un análisis político profundo el proyecto de Constitución que el día 6 de diciembre de 1978 sería votada y aprobada por los españoles en referéndum.
Pues hoy, 29 años después de ser aprobada la Constitución, la clase política se dispone a celebrar un año más el aniversario de tan magnífico acontecimiento para algunos y un auténtico desastre para otros. Y digo la clase política ya que a la mayoría de la población le importa bien poco por no decir absolutamente nada el aniversario de la Carta Magna. Es más ¿quién conoce la Constitución? Ah sí, los estudiantes de derecho, ciencias políticas y algún que otro opositor aplicado que haya sido capaz de meterse eso en la cabeza, no sin antes haberse cagado unos cuantos cientos de veces en semejante mierda escrita. No sé hoy día con la tan polémica asignatura de educación para la ciudadanía si los pupilos estudiarán más a fondo la Norma, pero cuando yo estudiaba en el colegio e instituto, la Constitución de 1978 era algo que se comentaba muy por encima, si es que se comentaba y ningún profesor le dedicaba a dicho capítulo más de un par de horas de clase.
Desde mi punto de vista la Constitución Española es carne de una renovación completa ya que en muchísimos aspectos se ha demostrado su inutilidad, por mucho que todos estos tipos que están en las esferas del poder y los medios de comunicación nos la vendan como algo prodigioso y prácticamente "divino" que nos ha traído el bien y la paz a todos los españoles. Yo le preguntaría a las familias de los cientos de militares, guardias civiles, policías y demás asesinados por los mafiosos de ETA qué les parece la Constitución y es Estado de Derecho Español, que permite que los asesinos y cómplices de sus familiares, tras cumplir ridículas condenas, estén sentados en los escaños del Parlamento Vasco. Y eso, tan sólo es un ejemplo de todos los coladeros que tiene la tan admirada por algunos Constitución Española.
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