Ayer domingo celebrábamos el día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico, una lacra, que en los últimos 20 años ha causado 118.000 muertos sólo en nuestro país. Con una media de más de 5.000 muertos anuales en el período antes mencionado, los accidentes de tráfico se han erigido en uno de los principales problemas para el Ministerio del Interior, del que depende la Dirección General de Tráfico que dirige el Señor Pere Navarro.
En julio del año pasado nos anunciaron a bombo y platillo la entrada en vigor del por todos conocido carnet por puntos, lo cual nos vendieron como la varita mágica, como esa solución maravillosa que acabaría con el principal problema de nuestras carreteras, los muertos por accidentes de tráfico. Mirando las estadísticas del año pasado y teniendo en cuenta los más de 2.400 muertos que van este año en nuestras carreteras, el dichoso carnet por puntos deja mucho que desear como solución efectiva a la cantidad de personas que año tras año pierden su vida en un fatídico accidente de tráfico. Pues nada, aún con todo esto, sale Pere Navarro vanagloriándose y automedallándose por haber reducido en un porcentaje prácticamente irrisorio las muertes en la carretera.
Señor Pere Navarro, ¿por qué se afana en cargar toda la culpa sobre los conductores?, ¿qué manía persecutoria le ha entrado contra todo aquél que tiene en su bolsillo un cartón rosa o una tarjeta con chip en su versión más moderna?, ¿realmente cree que toda la culpa de la cantidad de muertos en nuestras carreteras la tiene única y exclusivamente el conductor?. Por supuesto que muchos, demasiados accidentes de tráfico son debidos a salvajes emuladores de Fittipaldi que más que un vehículo creen que tienen en sus manos un juguete sobre el cuál tienen todo controlado, otra gran parte de accidentes son de esos energúmenos que por supuesto hay que erradicar de nuestras carreteras que exceden la tasa de alcohol permitida para circular, y otros tantos accidentes debido a despistes, inexperiencia, pura torpeza del conductor (que los hay, y muchos), entre otros factores.
Ahora bien, ¿cree que todo se arregla colocando radares a diestro y siniestro, la mayoría de ellos con afán recaudatorio por estar ubicados en lugares donde no existe ningún tipo de peligro y sí una mala intención por estar anormalmente limitada la velocidad?, ¿cree que ha evitado muchas muertes retirando 4 puntos del carnet de conducir a alguien que ha arrojado una colilla por la ventana de su coche?, ¿cuántos muertos, según sus cálculos claro, se han evitado quitando varios puntos por parar un vehículo en un carril bus?, ¿lo mismo han evitado muchas muertes quitando puntos a quien haya circulado a 75 Km/h por una avenida de una gran ciudad, con 2 y 3 carriles por sentido, en plena noche sin entrañar ningún riesgo a la seguridad vial? y así podría formular unas cuantas preguntas más.
Pues yo creo que nuestra querida Dirección General de Tráfico no está sólo para eso. Si bien una gran parte de accidentes de tráfico y por tanto de muertos en las carreteras se producen por los motivos expuestos anteriormente, en cuyo caso está perfectamente justificada la sanción, retirada del carnet de conducir, prisión para esos delincuentes o lo que ustedes crean conveniente, otra gran parte de accidentes se produce debido al mal trazado de carreteras , a la nefasta red de carreteras secundarias de las que disponemos, a la mala señalización vertical, horizontal y luminosa de muchos tramos, a los famosos quitamiedos que actúan como cuchillas en caso de accidente de motocicleta (pregúntele a cualquiera de los miles de moteros que el otro día recorrieron el paseo de la castellana), a la falta de estudios técnicos profesionales en el diseño de planes de seguridad vial, a la poca vigilancia activa (Guardia Civil de Tráfico, que es la que tiene las competencias en materia de tráfico en en todo el territorio Nacional, salvo País Vasco y Cataluña, que la tiene su propia policía autonómica) que existe en todo el territorio nacional (cientos y cientos de kilómetros sin ver a una pareja de la Benemérita...), ingente cantidad de puntos negros en toda la red de carreteras del Estado, mala pavimentación, pasos a nivel de los años 20, sin barreras, sin señalizar, etc. etc. etc.
Señor Director General de Tráfico, hable con sus amigos del Ministerio de Fomento (competencias en materia de obras públicas y civiles, por tanto de carreteras del Estado), Ministerio de Administraciones Públicas y Ministerio del Interior (saque más Guardias Civiles a las carreteras, bien equipados y bien pagados, no como ahora), con las administraciones autonómicas y municipales (para que mantengan sus carreteras en perfecto estado de conservación) o con quién usted tenga que hablar para que de una vez por todas conducir en este país no se parezca a hacerlo en vías agropecuarias. Hagan buenas carreteras (en lugar de copiar el carnet por puntos de Francia, puede usted copiar algo de las infraestructura de carreteras de Francia o Alemania), eliminen los puntos negros, coloquen los radares donde realmente puedan resultar de utilidad y no como tragaperras, señalicen bien todo aquéllo susceptible de ser señalizado (intersecciones, incorporaciones, obras en las carreteras, tramos peligrosos, etc.), en definitiva, haga su trabajo, que para eso le pagamos.
No pierda tanto tiempo en elegir las gafas que le van bien con su corbata y haga algo realmente útil por todos nosotros, hay muchas maneras de reducir la siniestralidad, no sólo restando puntos.
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