Crisis, prima de riesgo, mercados, deuda pública, déficit, recortes, selectivo, intervención, Merkel, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y el resto del coro de la tragedia girega -nunca mejor dicho en los tiempos que corren para el pueblo heleno-, son palabras que quien más, quien menos, está hasta los mismísimos cojones de leer, escuchar y alguno que otro, también de escribir. Hasta hace relativamente poco tiempo, casi nadie, salvo quien se ganaba las habichuelas con ello, sabía, y ni tan siquiera había oído en su puta vida algunas de las palabras con las que doy comienzo a este artículo; pero, ¡oohh!, ¿cómo de mal, de sumamente mal estará la cosa para que términos como el de prima de riesgo o mercados secundarios -insisto, hasta hace cuatro días no los conocía ni cristo-, formen parte ya de tertulias de mierda en la barra de cualquier bar de mala muerte? -con el permiso de Ronaldo y Messi-. Pues sí señores, sí, el término mala se ha quedado pequeño y nos tenemos que ir a su forma superlativa, es decir, pésima, y aún así, nos quedamos cortos, para describir la situación económica, política y social de esta España a la que le quedan cuatro días contados para que no la conozca ni la madre que la parió, una vez coja camino por el desagüe, cuando Alemania tire de la cisterna, hacia los colectores europeos de países residuales donde nos enfangaremos junto a Grecia, Irlanda, Portugal y muy posiblemente alguno más donde sus ciudadanos, y no todos, todavía, y digo bien, todavía, pueden comer pasta y pizza.
¿Qué ha dado lugar a que a día de hoy estemos así?, ¿cómo es posible que en el año 2012, en la cuarta potencia económica europea y la décima en el mundo, cada vez que salgo a fumarme un cigarro a mi terraza, vea a gente buscando y rebuscando en los cubos de basura?, ¿quién coño es el director o directores de la orquesta que está siguiendo al pie de la letra la partitura para destruir a España en particular y a Europa en general?, ¿hacia dónde se encamina España en el medio y largo plazo?, ¿qué futuro de mierda nos espera si seguimos apretándonos el cinturón y bajándonos los pantalones? (pensaba que no se podían hacer ambas cosas a la vez, pero sí, sí se puede a la vista de las circunstancias). Decenas, si no cientos de preguntas de este estilo me asaltan cada día en cuanto cojo un periódico, pongo la manipuladísima televisión, navego por Internet en las más diversas web de información y desinformación de todo tipo, o leo cualquiera de los libros que aprovechando el tirón de la crisis, se han escrito sobre la misma, que para esto las editoriales no andan escasas de reflejos... Me he propuesto dar respuesta a algunas de las preguntas que como digo, me atormentan cada día, aunque aviso al lector que lo que viene a continuación está escrito desde el odio y asco más profundo al liberalismo, al capitalismo, a los trescientos cincuenta diputados de hoy y al gobierno en pleno, a los de la legislatura pasada, a los de la otra y a la de más allá, a senadores, a los presidentes de todas las comunidades autónomas con sus respectivas cuadrillas de chupópteros que ocupan asientos en eso que llaman parlamentos autonómicos, a los alcaldes manirrotos de muchísimos ayuntamientos de España, a los consejos de administración de entidades bancarias intervenidas o sin intervenir y en definitiva, odio y asco hacia todo aquél que por poca que haya sido, haya tenido algo de culpa en esta vorágine de despropósitos en la que estamos inmersos.
Voy a dividir el artículo en tres partes, e intentaré ser lo más breve posible para que a nadie le visite Morfeo antes de que termine de leer el coñazo que queda por venir. Empezaré por donde se tienen que empezar las cosas, por el principio, es decir, el origen de la crisis (me ceñiré a la crisis económica, política y social de España y no global -aunque daré alguna pincelada para entenderlo todo mejor-, lo primero porque me da la realísima gana, lo segundo, porque creo que es la que realmente nos importa a los ciudadanos de esta Nación, y lo tercero, porque bastante tenemos con la nuestra, como andar pendientes de las de los demás), para posteriormente hacer una análisis de la situación actual, y por último, propondré alguna solución, políticamente incorrecta por supuesto, que desde mi punto de vista, evitaría que España fuese a parar a lo más profundo del abismo.
1.- Orígenes de la crisis.
No sé qué extraña manía les ha entrado a muchos de obcecarse en que el origen de la crisis que padecemos (en España) es debido, casi única y exclusivamente, a las hipotecas subprime (basura) que los irresponsables de los banqueros estadounidenses concedieron a troche y moche a esa figura extraña que se ha consensuado en llamar "ninja". La cosa es que nuestro amigo el ninja -generalmente inmigrante, sin trabajo estable (el que lo tuviera) y sin un puto duro ahorrado- no iba ser menos que su compatriota, otro ninja, que había logrado hacerse con un pisito en propiedad, un coche utilitario, se iba de vacaciones a la playa y llevaba a sus hijos al mejor colegio del distrito gracias al buen samaritano del siglo XXI, que no es otro que cualquier director de sucursal bancaria yankie en aquéllos tiempos, que sin ningún tipo de garantías como contraprestación, ofrecía el 100, 120 y hasta el 150 por ciento del valor de tasación de la vivienda que el ninja quisiese para que pudiera vivir como un estadounidense más. Así que un ninja tras otro iban entrando día a día en las distintas sucursales de EEUU pidiendo préstamos hipotecarios que muy difícilmente los iban a poder pagar. Los bancos yankies, muy avispados siempre en estos menesteres, empaquetaban estas hipotecas de mierda, más bien de mierdón, en productos derivados, les ponían un nombre rimbombante y se lo encasquetaban a otros bancos e inversores -muchos de ellos europeos y por tanto, españoles también- como productos de muy alta rentabilidad, pero lo que no contaban era el riesgo que estaban asumiendo a comprar esta basura de productos. Hasta que la burbuja inmobiliaria estadounidense estalló, los pisos empezaron a bajar de precio, el ninja que por muy ninja que sea de tonto no tiene un pelo, se da cuenta de que su piso vale mucho menos de lo que todavía debe al banco, y con las mismas va a visitar al buen samaritano que le concedió la hipoteca basura (subprime) con las llaves del piso, se las deja encima de la mesa del despacho y con un "ahí están las llaves del piso, métaselas por donde amargan los pepinos, que yo no le voy a dar a usted ni un jodido dólar más" y sale por la puerta del banco más ancho que largo, "¡hijo puta el ninja...!", piensa nuestro joven y trepa director de la sucursal bancaria, "...como me siga metiendo llaves por el culo, ya mismo me llaman para protagonizar la próxima entrega de Robocop", sigue pensando mientras va advirtiendo lo que le viene encima. Pues la misma peregrinación que había al principio de esta historia para conseguir préstamos hipotecarios, la hay para abarrotar las mesas de los directores de sucursales bancarias con llaves de pisos que ya no valen un cagao (en EEUU existe la dación en pago, dejas las llaves y el piso, y se acabó tu historia de amor con el banco).
Quiebra Lehman Brothers allá por 2008, ya que acumuló enormes pérdidas por títulos respaldados por estas hipotecas (los derivados con nombres ininteligibles de los que hablaba antes), el sistema financiero estadounidense está a un paso del colapso total -que gracias a la ayuda del Estado del que tanto abominan estos judíos capitalistas, perdón, quería decir jodidos...se mantiene a flote sin llegar al hundimiento total-, la banca norteamericana y europea principalmente se pone a mirar la cantidad de activos tóxicos que tiene, los grandes bancarios del orbe entran casi en estado catatónico al ver la cantidad de mierda que tienen en sus balances, se miran unos a otros, ni dios se presta dinero, nadie confía en nadie, se lía un olor a podrido en todo el sistema internacional de finanzas que apesta y cataplás, deja de fluir el dinero, se cierra el grifo y no se mueve ni un jodido dólar y mucho menos se mueven euros. Así, grosso modo y contado de una manera un tanto superficial, es lo que dio origen a la crisis internacional que se está llevando por delante el estado de bienestar europeo tal y como lo hemos conocido hasta ahora.
Cierto es que todo lo anterior afectó al sistema financiero español, por mucho que el entonces presidente, de cuyo nombre no quiero acordarme, saliera a la palestra con esa sonrisa de payasísimo que siempre le acompañaba (aunque ya en los últimos meses, tenía el gesto un tanto contrariado, ¿verdad?), diciendo que nuestro sistema financiero era el más solvente del mundo, o algo así dijo el cantamañanas ese que por desgracia tuvimos que soportar casi ocho años, aunque miedo más miedo me da el que llegó hace poco, que si el uno tenía la sonrisa de payaso y daba angustia verle y escucharle, éste parece que está comiendo alfalfa todo el día, por no decir que parece que tiene otra cosa metida en la boca, menos mal que la Merkel no tiene polla, o eso se le supone...así que lo dejaremos en alfalfa, y éste no es que dé angustia verle y escucharle, es que directamente es vomitivo. A lo que iba, que si bien es cierto, evidentemente, que todo este cúmulo de despropósitos afectó y todavía hoy seguimos arrastrando el lastre, al músculo financiero español, la causa de la situación en la que nos encontramos hay que buscarla más atrás, mucho más atrás.
20 de noviembre de 1975. Muere el general Francisco Franco, el hombre que con mano de hierro rigió los designios de este país durante casi cuarenta años. Fiesta y jolgorio para unos, lágrimas y lamentos para otros. La cuestión es que en tres años, el pueblo español, con la falta de formación política de siempre, sin cultura democrática alguna, y al más puro estilo borreguil, votó sí a la Constitución de 1978, redactada a matacaballo y nacida para contentar a todos, pero que no ha contentado ni al espíritu santo. ¿A qué viene esta lección sobre la transición española?, pensaréis algunos. En las autonomías tenéis la respuesta. España se convirtió en 17 miniestados, gestionados y administrados por una casta política irresponsable, y me da igual si son rojos, azules o rosas fucsias, para mí, son todos lo mismo, un hatajo de "señorías" y "excelencias", que lo único que nos pueden enseñar y hacer por nosotros, es decirnos a qué sabe la mierda, ya que la tienen todo el día en la boca. El Estado de las autonomías es un lastre que España lleva arrastrando desde que se aprobaron los primeros estatutos de autonomía, con catalanes y vascos en primera línea de fuego, seguidos por gallegos, andaluces, murcianos, riojanos y el resto de reinos de taifas que se sumaron a la maravilla estatutil (no sé si esa palabra existe pero me da igual, se me entiende perfectamente).
Creo que no me puedo hacer a la idea del despilfarro que para las arcas públicas ha supuesto este mercado de abastos que son las autonomías y máxime desde que el señor Aznar, otro expresidente que tal baila (no diré nada de él, ya que seguro que por mucho que diga y me embrutezca contra el mismo, me quedaré corto) transfirió las competencias en materia de educación y sanidad (que supone el mayor monto de gasto para las diversas comunidades), ¡lo que parece que a muchos de los que hoy critican el traspaso de competencias se les ha olvidado!, sí, sí, fue Ansar, digo, Aznar quien lo impulsó y de aquéllos polvos, vienen estos lodos.
Pero sigamos, ya que hay más y he dicho que no me quiero extender mucho, pasen y vean. ¿A quién se le ocurrió la maravillosa idea de meter a España en esa entelequia que no es otra cosa que el euro, la moneda única?, y aquí aparece un nuevo expresidente. Un "socialista" hecho a la medida de los servicios de inteligencia del franquismo. Un niño bien, que hasta fumaba puros, ¡coño, como los nuestros!, pensarían algunos allá por los comienzos de los años 70. ¿Cuántas veces fue detenido el señor Felipe González por la temida policía del régimen?, ¿cuánto tiempo pasó en los lúgubres calabozos de la Dirección General de Seguridad?, me da que ninguno por mucho que algunos biógrafos apasionados se empeñen en decir lo contrario. Tampoco voy a hacer mucha leña del árbol caído, ya que bastante tinta sobre papel hay al respecto de los mimos y cuidados de los que disfrutaba este señor por parte del régimen de Franco. Total, tiene sentido, preferían a un "socialista" domesticado, que a un rojo incorregible como era Carrillo, hay que joderse, que bicho malo nunca muere, aprovechando que hablamos del responsable máximo de los crímenes de Paracuellos. Por cierto, he entrecomillado lo de socialista, porque para mí ese menda no es socialista ni dios que lo ha visto. Un socialista jamás hubiese legalizado las ETT's, hubiese privatizado empresas públicas ni hubiese autorizado ese coladero de dinero que pierde el Estado que son las SICAV, donde las grandes fortunas de este país cotizan a un mísero e irrisorio ¡uno por ciento!, aparte de que a base de recortes en los derechos laborales se ganó a pulso cuatro huelgas generales, creo que fueron, así que de socialista, más bien poco por ser generosos.
Todo esto venía por la entrada de España en el euro. Ese ha sido el mayor y más grave error que un gobernante haya podido cometer jamás en este bendito país. ¿Cómo se les ocurrió acogernos a una moneda a la que se le puso paridad con el marco alemán?, ¿qué tenía que ver nuestra añorada peseta, a nivel de valor económico con el marco alemán?, nada, absolutamente nada, pues lo mismo pasa con el euro, ya que al fin y al cabo, el euro es un marco que no se llama marco. Y esto, aún siendo grave, no es lo peor. ¿Nadie se dio cuenta de que íbamos a perder completamente la soberanía económica?, ¿que no podríamos devaluar la moneda en caso de que en algún momento necesitáramos recurrir a dicha herramienta económica?, ¿que no podríamos darle a la manivela de hacer dinero si así lo requería el estado de nuestra economía?, pues parece ser que ningún lumbreras, ni de los últimos años de gobierno socialista, ni de los primeros años de gobierno de los populares, se dio cuenta del grave error que estábamos cometiendo. Pero esperar, que hay más. Europa nos obligó a convertirnos en un país donde nuestra principal actividad económica básicamente consiste en servir cañas y alojar a guiris deseosos de sol y cerveza barata en épocas estivales, aparte de poner un ladrillo encima de otro y levantar pisos allá donde quede un hueco para levantarlos. Destruimos nuestro tejido industrial (me cago en las putas reconversiones), destruimos nuestro tejido agrícola y ganadero (¿cuántos millones de litros de leche hemos tirado?, ¿cuántas cosechas nos han obligado a quemar?, ¡ni se sabe!) y España se convirtió en eso, en el club de alterne de ingleses y alemanes y un país cada día más vendido al "american way of life" donde el consumo, el consumo y el consumo, es lo prioritario, ¡válgame dios!, con la sangre, sudor y lágrimas que les costó a nuestros abuelos levantar España, ¡van estos hijos de puta y en cuestión de 3 ó 4 lustros, se lo cargan!
Y bien, completamente quemado, fusilado y agotado el último gobierno "socialista", llegan las elecciones del 96 las cuales gana un gañán, alguien que si este país fuese serio, no hubiese pasado de concejal de festejos en un pueblo de no mucha población. Sí, hablo de Aznar, el que si por él hubiese sido, vende hasta a su madre con tal de sacar cuatro perras, para jactarse de que con él había superávit en las cuentas públicas. Vendió a cuatro duros, y por supuesto, a sus amigos del alma, las empresas públicas más solventes que tenía España, las cuales nos reportaban pingües beneficios que hoy en día nos vendrían como el maná que preconizan las escrituras. Pero no queda ahí la cosa. Sus ansias de crecimiento exponencial (insostenible como ha quedado demostrado) le llevaron a aprobar en el 98 una ley por todos conocida como ley del suelo. ¿En qué consiste esa ley?, pues básicamente en que se puede construir en donde al empresario de turno se le ponga en los cojones, con la connivencia y firma, por supuesto, del alcalde caciquil, presidente autonómico corrupto, o ministro amigo de lo ajeno (ladrón en román paladino)
Se construía y se compraba, préstamos (muy parecidos por no decir iguales a los de nuestros amigos los ninjas) por aquí y por allá, yo le financio su vivienda, la reforma de la misma, un cochecito nuevo y las vacaciones en Nueva York, que es muy chic cruzar el charco y pasar unos días en la Gran Manzana, ¿no ha ido por allí?, y usted solo tiene que darme 500 ó 600 euros durante los próximos 40 años y aquí paz y después gloria. ¿Qué son 600 euros hoy en día (años 2002 ó 2003 por ejemplo) tal y como está España?, ¡hay trabajo para todos!, ¡hasta inmigrantes a porrillo están llegando porque los españoles hay trabajos que no quieren hacer, y nos pagarán las pensiones!, ¡que vengan, que vengan miles, qué digo miles, millones de ellos! y así fue creciendo la pelota (y las mentiras) y como de las cosas de los dineros (cuando no son tuyos) no se escapa ni el copón bendito, ¡zas!, de lleno, estalló aquí también la burbuja inmobiliaria y...
...ahí empieza la segunda parte del artículo, que lo dejamos para otro día que son las 4 de la madrugada y quiero dormir. Además, me estoy poniendo de muy mala hostia escribiendo todo esto, por tanto, prefiero hacer un alto en el camino, así que en los próximos días, más y procuraré que mejor.
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